Los saqueos de nichos de familias gitanas se han vuelto a repetir en el cementerio zaragozano de Torrero. Empleados municipales que trabajan en una capilla del camposanto sorprendieron ayer a un joven cuando acababa de desvalijar las vitrinas de tres tumbas y otras tres fueron saqueadas la pasada semana, según fuentes de la comunidad gitana.

El delincuente arrojó piedras contra los empleados cuando se dirigieron a retenerle y pudo huir, pero abandonó una bolsa con los efectos sustraídos. Al cementerio se desplazaron efectivos de la Policía Local y del Cuerpo Nacional de Policía que recuperaron el material robado. Las fuentes consultadas señalaron que en las últimas dos semanas se han producido otras tres profanaciones.

SEGURIDAD José Luis Calvo, concejal de Cementerios, se puso ayer en contacto con el presidente de la Asociación Gitana, Juan Antonio Hernández, Fortuna , para informarle de estos hechos y le garantizó que los vídeos de seguridad del recinto ya funcionan.

No obstante, estos hechos han provocado una gran crispación entre la comunidad gitana y las familias afectadas podrían volver a patrullar el recinto, como ya hicieron el pasado mes de diciembre.

Fortuna manifestó ayer a este periódico su reconocimiento a Calvo por haber cumplido su promesa de reparar las cámaras de seguridad, pero criticó la falta de medidas de seguridad en el cementerio. "Si las cámaras no son suficientes para garantizar el descanso de los muertos, el ayuntamiento tiene la obligación de arbitrar otros recursos. Creo que la restauración de patrullas es muy peligrosa porque alguien puede buscarse la ruina e incluso pueden pagar justos por pecadores. El respeto al descanso de los fallecidos es muy importante en la cultura gitana y estos hechos pueden provocar un grave conflicto", explicó.

En las últimas semanas del 2001, 86 nichos fueron profanados por los saqueadores, lo que provocó que numerosos gitanos patrullaran por el cementerio. Incluso llegaron a retener a un joven de nacionalidad rumana sorprendido con efectos robados. El sospechoso fue entregado a la Policía sin que sufriera malos tratos, pero poco después quedó en libertad, lo que provocó una gran indignación entre los afectados.

Alfredo Dual, dirigente también de la Asociación Gitana y perjudicado por estos hechos, expresó ayer su preocupación por la falta de seguridad en el cementerio. "Se confió en las promesas del ayuntamiento, pero los robos se han repetido. Las medidas de seguridad no sirven y hay que poner otras. En caso contrario, ya hay personas que se han prestado voluntarios para vigilar", dijo.