La línea ferroviaria entre Huesca y Canfranc ha quedado suprimida indefinidamente. Así lo anunció ayer el presidente de Renfe, Miguel Corsini, que añadió que el servicio seguirá interrumpido hasta que se "pueda garantizar la seguridad", tras haber sido cortado el viernes por un nuevo descarrilamiento. Precisamente, esta indefinición sobre los plazos del cierre hizo que el consejero de Transportes del Gobierno de Aragón, Javier Velasco, se dirigiera a Fomento y a Renfe, para que aclarasen "sus intenciones" sobre la línea.

"Por encima del servicio está la seguridad de las personas y estamos poniendo los medios para garantizarla", aseguró Corsini, quien se refirió a las "condiciones climatológicas" para explicar el deterioro de la vía. A pesar de que numerosos colectivos apuntan a la falta de mantenimiento de la línea como causa de los últimos incidentes, el presidente de Renfe respondió que "nada se puede hacer contra los desprendimientos, que son algo espontáneo".

La preocupación por la interrupción indefinida del servicio provocó la reacción del Gobierno de Aragón y de los sindicatos. El consejero de Obras Públicas, Urbanismo y Transportes, Javier Velasco, expresó su conformidad con la decisión de priorizar las garantías de seguridad, pero añadió que "lo que nadie ha dicho hasta ahora es durante cuánto tiempo se van a prolongar estos trabajos y ésta es una cuestión prioritaria". "El argumento del presidente de Renfe --dijo el consejero-- es incontestable cuando se refiere a la seguridad pero ahora no se pueden echar las culpas a los desprendimientos o a la meteorología porque hay muchas líneas en condiciones similares que prestan sus servicios".

Según el consejero de Obras Públicas, mantener los servicios regionales está costando al Gobierno de Aragón --que sufraga el déficit de explotación del servicio-- más de tres millones de euros anuales. "No podemos aceptar un cierre sin que nadie ofrezca datos sobre esta decisión y qué es lo que va suponer para el futuro del ferrocarril", añadió.

LOS SINDICATOS Tanto UGT como CCOO mostraron ayer su preocupación por los que supone este nuevo giro en la situación del Canfranero . "En este momento, tenemos dos preocupaciones, la seguridad de los trabajadores y que se garanticen los puestos de empleo", explicaba Francisco Catalán, secretario general de la Federación de Transportes de UGT. "Es lamentable suprimir la línea sin decir qué va a pasar con los trabajadores y también lo es achacar los problemas a las condiciones climatológicas cuando los presupuestos generales del Estado del último año no contemplan ni una gota de inversión para el Canfranc".

También la Unión Sindical de CCOO mostró ayer su preocupación por la posible muerte del Canfranc y advirtió que un "cierre prolongado" agravaría la "estabilidad de económica de los operadores de mercancías y viajeros". Asimismo, acusó al titular de Fomento, Francisco Alvarez Cascos, de "desviar fondos" a un "transporte caro y elitista", refiriéndose al AVE, mientras se registra un déficit de inversiones en la red de regionales, mercancías y cercanías, que "utilizan el 95% de los usuarios". Por último, la Coordinadora para la Reapertura del Ferrocarril Canfranc-Olorón (Crefco) anunció movilizaciones ante el Ministerio de Fomento para exigir inversiones en la línea.