--Ni cien días de gracia.

--Ni cinco. Las razones no las sé, pero en un mes hemos logrado un pacto de gobierno con CHA que es una experiencia inédita en una institución de calado, restablecer relaciones con el Gobierno y poner en marcha el ayuntamiento. Un análisis objetivo debe traducirse en que hemos trabajado mucho y bien.

--¿Por qué hubo altibajos en la negociación CHA? ¿Presionó para lograr más de lo que ustedes estaban dispuestos a ceder?

--No. La decisión que debíamos tomar ambas partes era difícil en términos políticos. No estábamos pactando Romareda, planificábamos una experiencia que, en caso de prosperar, puede variar el mapa político de Aragón.

--¿Se le ha rebelado algún concejal por el pacto con CHA o son todos muy disciplinados?

--La verdad es que han tenido una generosidad extrema. Las decisiones las hemos tenido que tomar Carlos --Pérez Anadón (PSOE)--, Antonio --Gaspar (CHA)-- y yo sin ni siquiera poder comunicar el contenido porque la dinámica era la que era. Si todo el mundo ha actuado con generosidad es porque se participa de la convicción de que es un acuerdo trascendental en el que lo personal no podía ser decisorio.

--Van a encargar otro estudio de viabilidad de La Romareda. En esta tierra se dice que cuando no se quiere resolver algo se hace un estudio o se crea una comisión.

--En esta tierra y en todas. Lo inventó Napoleón, creo, que hacía enormes comisiones cada vez que quería o no resolver un problema o simplemente darle tiempo. Yo quiero pensar que es la segunda de las interpretaciones. Se necesita tiempo porque es uno de los pocos puntos en los que hay dos opciones opuestas --mantenimiento del estadio (CHA) o salir y utilizar la pastilla para equipamientos (PSOE)--. Y no oculto que ese tiempo lo debemos aprovechar para explorar una fórmula intermedia que satisfaga a todos.

--O sea, para largo.

--No habrá más remedio que afrontar inversiones en Romareda. Tenemos un montón de tiempo antes de que se ponga en marcha una solución.

--Va a nombrar catorce cargos de confianza y ahora viene la ley de Grandes Ciudades. ¿Ampliará equipo o reformará el organigrama?

--Mi idea no es superar lo que hemos hecho porque hemos creado la infraestructura mínima para convertir la administración municipal en un gobierno, que es lo que hace la ley. Pero eventuales en la administración de Ruiz Gallardón van a quedar unos 380 y a nadie se le ocurre criticarlo. Respecto a los sietes periodistas, me parece imprescindible proyectar la imagen de la ciudad y no hay ni la infraestructura mínima. Habrá que hacer contrataciones externas y ya lo advierto para que no se escandalicen.

--De ministro a alcalde, y su primera medida es querer crear un Gobierno local. ¿Actúa por mimetismo con el pasado?

--Creo sinceramente que la mejor forma de organización administrativa es la del Estado. Tiene la experiencia acumulada de siglos y los gobiernos regionales lo están imitando. Las grandes ciudades no podemos tratar de inventar estructuras nuevas cuando ya están inventadas.

--Urbanismo ya tuvo gerente y no funcionó. ¿Por qué creen que ahora sí lo hará?

--Si pregunta al mundo global de la arquitectura no coinciden en ese planteamiento, pero es evidente que no basta con una gerencia. Es un instrumento, en principio, más eficaz, ágil y rápido, pero la cuestión está en que las cosas se hagan bien y con transparencia. La primera medida para abaratar el precio de la vivienda es reducir el tiempo de concesión de licencias y eso nunca se dice.

--Heredan un considerable agujero millonario y no quieren vender suelo. ¿Subirá los impuestos o incrementará la deuda?

--Se ha encargado al gabinete de Alcaldía y al coordinador --Carlos Pérez Anadón-- que formen un equipo técnico para presentar propuestas para salir de la situación catastrófica, del atolladero, y las quiero a finales de septiembre. A priori no se puede excluir operaciones de deuda. Me atrevería a anticipar que la reconversión de deuda a corto plazo para pasarla a largo habrá que hacerla de forma muy urgente. Y es evidente que para proyectos como la Expo o el gasto social, endeudarnos más estaría completamente justificado. Por otras cosas, no.

--¿Tienen margen de maniobra?

--Con las finanzas que nos han dejado todo aquello en que no logremos implicar a otras administraciones en la financiación de proyectos será prácticamente imposible hacerlo. Un metro ligero, que es muy importante para la ciudad, la financiación básica no puede ser de esta casa y por un tema de este tipo no endeudo a la ciudad. Lo lamento. El endeudamiento siempre tiene que ser excepcional y por un motivo que se pueda explicar. En el resto de cosas muy importantes, pero no absolutamente imprescindibles, sólo podemos intentar llegar a acuerdos viables con otras administraciones.

--¿Sin dinero externo no habrá proyectos?

--Es imprescindible. No hay margen. Para lo único que mantengo mi compromiso es para el gasto social, que aunque haya que incrementar la deuda lo haré. Pero todo lo que sea proyectos de grandes infraestructuras y de envergadura nuestro trabajo va a ser conseguir involucrar al Gobierno central y al autonómico y captar fondos de Bruselas porque con las cuentas que tenemos no es imaginable otra forma.

--¿Los problemas de tráfico van a ser su primer encontronazo con los ciudadanos?

--Las cosas son como son: te pones de alcalde y ya eres responsable de todo. Nosotros vamos a intentar, más que echar la culpa a la mala planificación del pasado, que es una evidencia, evitar errores de comunicación para que los ciudadanos conozcan con anticipación, seguridad y rigor todos los inconvenientes de las obras. Y asumo el compromiso de que las actuaciones estén planificadas y condicionadas a un plan de tráfico, pero lo que está en marcha no lo puedo parar y sólo puedo dar información exhaustiva.

--¿Los toros se ven de otra forma desde la barrera?

--No. La situación financiera está peor de lo que imaginaba, pero sabíamos que lo del tráfico iba a ocurrir. El último año de corporación fue como si no existiera mañana, todo a fecha electoral, sin programación. Eso nos ha costado los problemas que vivimos y viviremos.