El próximo día 20, el pueblo de Canfranc saldrá a la calle para reivindicar la reapertura de la línea internacional y de la estación, coincidiendo con los actos conmemorativos del 75 aniversario de la inauguración de la línea ferroviaria Zaragoza-Canfranc-Pau, según anunció ayer el alcalde de esta localidad, Fernando Sánchez, quien señaló que el nuevo ayuntamiento "va a mantener una postura firme, de lucha por el ferrocarril y por la reapertura de la línea internacional".

Los actos del día 20, que contarán con la adhesión de la Fundación Transpirenaica, empezarán con la celebración de la asamblea constituyente de la nueva Asociación en defensa del ferrocarril y la estación de Canfranc a la se podrán unir todos los ciudadanos que lo deseen y cuyo portavoz será el ex-alcalde del municipio, Víctor López. A continuación, se realizará el "abrazo" a la estación, que consistirá en una cadena humana que rodeará la estación y para la que se necesitarán unas 600 personas. Los miembros de esta cadena portarán un cartel con las letras S.O.S , un llamamiento "por el estado lamentable en el que se encuentra el edificio de la estación, y la línea de ferrocarril", señaló el alcalde.

EJERCER PRESION Fernando Sánchez anunció ayer que el consistorio pedirá al ministerio de Fomento que cumpla su promesa de que para el 2007 la línea de Canfranc tenga el ancho europeo y esté electrificada. Además, el alcalde hizo un llamamiento al Gobierno de Aragón, al ministerio de Fomento y a Renfe, para que "de una vez por todas se empiece a rehabilitar la estación internacional de Canfranc, un monumento que está declarado como Bien de Interés Cultural (BIC)".

En su turno de palabra, Luis Granell, portavoz de la Coordinadora para la reapertura del ferrocarril Canfranc-Olorón (Crefco), hizo referencia a las cumbres hispano-francesas del año 2000 en Santander y del 2001 en Perpiñán, donde ambos estados acordaron reabrir la línea Zaragoza-Canfranc-Pau, antes del 2007. Sin embargo, el portavoz de Crefco explicó que poco después el Gobierno Francés paralizó su parte de las obras alegando que su coste era demasiado elevado, algo que se ha demostrado que no es cierto. Por ello, desde el ayuntamiento se anunció ayer que aumentarán la presión sobre el Ejecutivo francés.