La ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, lamentó ayer las sucesivas bajas sufridas por los soldados norteamericanos y británicos, que ya suman 37 desde el pasado 1 de mayo. Sin embargo, opinó que esas muertes no deben "desdibujar" otros avances "que no son tan noticiosos, pero que son importantes". Así lo dijo en la reunión que mantuvo con sus homólogos de la Unión Europea en Bruselas. Un ejemplo de esos progresos es, agregó Palacio, la formación del consejo de gobierno iraquí. Ese consejo, tutelado por Estados Unidos, es precisamente uno de los objetivos de los focos de resistencia iraquí contra la presencia de tropas extranjeras en Irak. Palacio insistió también en la necesidad de obtener más ayuda de la comunidad internacional. A su juicio, ésta debe apoyar al nuevo Ejecutivo iraquí en tres ámbitos "fundamentales": mejorar la situación de los ciudadanos, conseguir "cuanto antes" una constitución, y celebrar elecciones con "garantías".

El PSOE pretende que el Congreso y el Senado trabajen en agosto para que el Gobierno tenga la oportunidad de informar de la situación de los soldados españoles desplegados en Irak "como fuerza ocupante". Para ello, el partido socialista intenta que en lo que resta de julio y todas las semanas de agosto comparezcan regularmente a rendir cuentas la ministra de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, y el de Defensa, Federico Trillo. El portavoz socialista en el Congreso, Jesús Caldera, anunció que el PSOE solicitará un pleno extraordinario para que el presidente del Gobierno, José María Aznar, explique la posición del Ejecutivo en este asunto. Caldera advirtió de que la situación en Irak podría convertirse en un "segundo Vietnam". Para evitarlo, señaló, es necesaria una nueva resolución de Naciones Unidas, el envío urgente de una fuerza de cascos azules en la que participen soldados de países árabes, y que la administración de los bienes iraquís pase a manos de la ONU.