El cada vez mayor número de automóviles que circula por las diferentes vías existentes en Zaragoza es todavía la asignatura pendiente de la ciudad para rebajar sus índices de contaminación atmosférica. Según los datos de la Red Automática de Control del Ayuntamiento de Zaragoza referidos al año 2002, el endurecimiento de los niveles de las directivas comunitarias obligará a Zaragoza a tomar serias medidas de control de estas emisiones, a pesar de que "lentamente", y gracias a la corrección del sector industrial y de ciertas iniciativas municipales, la calidad del aire de la ciudad va mejorando.

El informe, dado a conocer ayer por la concejal de Medio Ambiente, Lola Campos, en la Comisión de Servicios Públicos, revela tres novedades positivas con respecto al 2001. La primera es que el plan renove de las calderas de carbón y la optimización del rendimiento de éstas ha permitido rebajar los índices de dióxido de azufre muy por debajo de lo que marca la normativa.

La segunda es el éxito del convenio firmado con el Instituto Tecnológico de Aragón (ITA), el cual recomendó una serie de correcciones a las fábricas de la margen izquierda que ha logrado, desde los meses de verano a diciembre del pasado año, "rebajar en más de un 50% los niveles de partículas en suspensión y hasta niveles casi insignificantes las cantidades de plomo" en la estación de medición de Jaime Ferrán, señaló la concejal.

EL TERCER CINTURON Y la tercera es la repercusión de la apertura del tercer cinturón, que ha despejado los altos niveles de contaminación de dióxido de nitrógeno que se alcanzaban en el punto de control de Miguel Servet.

La Red Automática de Control de la Contaminación Atmosférica la componen siete puntos distribuidos por diferentes zonas problemáticas de la ciudad, tres de ellos -- El Picarral, Roger de Flor y Luis Vives, que a partir del 2002 será sustituido por otro en Renovales --integrados en la red europea Euroairnet y el resto --Miguel Servet, Avenida de Navarra, Paraninfo y Jaime Ferrán--, a la espera de su reubicación para cumplir la directiva de 1999.

Lejos de ir empeorando, se está comprobando que la contaminación atmosférica de Zaragoza es cada vez menor, siendo las partículas en suspensión --aquéllas que miden menos de diez micras y que por ello pueden entrar en el organismo humano-- y el dióxido de nitrógeno las únicas que superaron los niveles límite si se tiene en cuenta la nueva legislación. Ambas tienen su origen, principalmente, en la circulación de vehículos.

En cambio, el resto de contaminantes atmosféricos --como el plomo, dióxido de azufre (SO2), sulfuro de hidrógeno (SH2) y monóxido de carbono (CO)-- se encuentran muy por debajo de los niveles establecidos.