El Juzgado de Instrucción número uno de Calatayud ha intensificado las investigaciones sobre el asesinato de Pascual Gil Cantería, de 66 años, cuyo cuerpo fue encontrado el pasado sábado en su domicilio de Alhama de Aragón.

Las contusiones que presentaba el cadáver descartaron en la autopsia que su muerte se hubiera producido accidentalmente, sino como consecuencia de varios golpes asestados con un objeto contundente que le provocaron la rotura de los huesos faciales y un traumatismo craneoencefálico. El juez instructor ha decretado el secreto de sumario y las investigaciones se dirigen a identificar a los agresores que entre el viernes y el sábado irrumpieron en la casa.

Hasta el momento no se descarta ninguna hipótesis. Según los datos obtenidos por este diario, el fallecido llevaba habitualmente encima una importante cantidad de dinero que presumiblemente correspondía a su paga mensual. Una persona próxima a él aseguró que el pasado viernes la mostró en un bar. Pero un familiar aseguró que este dinero se encontraba todavía allí guardado en un sobre.

Otra línea de la investigación es su entorno. Al parecer, Gil había modificado las últimas semanas sus hábitos cotidianos y sus relaciones. Unos vecinos de Villalengua --donde poseía familia y amigos-- aseguraron que se presentó hace quince días acompañado por primera vez de un hombre y una mujer --con la que aseguró mantener una relación de noviazgo--, ambos extranjeros.