En diciembre del 2002, la Policía detuvo en un piso de Zuera a Luis P. A, de 38 años, el último violador en serie que tuvo a todos los agentes en jaque desde 1999 por una serie de violaciones, cinco de ellas imputadas aunque podrían ampliarse a una docena. Su modus operandi era muy diferente al ahora arrestado, aunque ambos actuaban con ropa oscura y se tapaban la cara con una especie de braga militar. La Policía niega que el joven de 23 años ingresado en prisión este mismo mes sea otro violador en serie. Luis P. A., natural de Gurrea de Gállego, vivía en Zuera, aunque trabajaba en Barcelona y, los fines de semana, se desplazaba a Zaragoza o a Tudela para agredir sexualmente a las jóvenes, a las que acechaba desde su automóvil y también robaba. De aspecto bien parecido, intimidaba a las mujeres con armas blancas, pero no se ensañaba con ellas ni las golpeaba.