Escritor
Trabajó como periodista en Barcelona, en la mítica época de TeleExpres , pero se inclinó por la literatura. Aunque nació en Jaén, lleva 25 años viviendo en Aragón, con una especial cercanía a Caspe. Ha editado dos novelas y éste es su cuarto libro de poesía.
--¿Usted hace poesía porque fue periodista?
--Yo creo que no tiene nada que ver el periodismo con la literatura, y por ende con la poesía. En los medios de comunicación hay una gran confusión, hasta tal punto que están primando los escritores respecto a los periodistas clásicos. El triunfo de la columna frente a la información.
--Le insisto: cambió el periodismo por la poesía.
--No, no, yo dejé de ser periodista cuando el periodista no tenía razón de ser dentro de la estructura del periodismo; me apropié de la frase del pianista del burdel y lo dejé.
--Hablemos de poesía pues: El desorden del silencio . Ya me dirá...
--El título responde a uno de los versos del libro. Al contrario de lo que le ocurre a otras personas, a mí el silencio me provoca desasosiego e inquietud, me replantea el pasado. Crea y destruye. Y a partir de esa sensación, es cuando elaboro los poemas.
--Los poetas maduros tienen un gran componente de filósofos...
--Sí, porque la filosofía tiene en común la contemplación activa de la vida. A diferencia de la novela, que es un encadenado de ideas, la poesía es una cordillera de sentimientos.
--Le voy a plantear una pregunta tópica que no le gusta nada: ¿cuál es su poeta preferido?
--Efectivamente, no me gusta nada pero te contesto. Yo no tengo poetas preferidos, en todo caso, poemas preferidos, e incluso versos preferidos.
--Pero seguro que le gusta mucho Gil de Biedma.
--Sí, era un poeta total, que su gran mérito estuvo en que dejó de escribir en un momento clave de su carrera. Hay que saber pararse a tiempo, tanto en la literatura como en cualquier actividad.
--Usted no es aragonés.
--No, soy andaluz de nacimiento, de Jaén. Llevo veinticinco años en Aragón y siete en Zaragoza. Pero soy apátrida de convencimiento. Me preocupa mucho esta tendencia a levantar barreras, fronteras, cuando el mundo debería abrirse.
--Precisamente la poesía no entiende de fronteras.
--Exacto. La poesía es un lenguaje universal, porque la poesía es la literatura con mayúscula. Es el lenguaje de los sentimientos, que no tienen ni fronteras ni banderas.
--¿Tiene la suerte de dedicarse a la contemplación?
--La contemplación es una fuente de mi trabajo. Escribo.