Historiador

Mañana presenta en Bellas Artes de Madrid un proyecto ambicioso: Orígenes del cambio regional. Turno del pueblo en Aragón. 1900-1936 y 1936-1938 , dos tomos editados por Prensas Universitarias y la UNED y escritos por este profesor de Historia Contemporánea en Alcalá.

--Ha abordado un trabajo muy complejo y completo.

--Sí, es la historia política y social y una aproximación al Aragón popular, con la primacía de las centrales sindicales UGT y CNT, y esa manifestación de republicanismo en general y costismo en particular. Todo eso es lo que sirve al estudio del primer volumen, donde se recrean dos sociedades: una, conservadora, muy medieval, y la otra progresista, con la guía de Costa, y que gestaron los procesos de cambio.

--El golpe de la guerra fue nefasto para ese desarrollo...

--El golpe paró en seco esa evolución que podría haber sido pacífica, y que se manifestaba en asuntos como el gran acuerdo social del 36 para solucionar el paro. UGT y CNT habían optado por una vía de consenso y negociaciones y las autoridades del Frente Popular eran muy receptivas. Todo eso se truncó.

--Y Aragón sufrió un revés social indescriptible.

--El golpe militar tuvo carácter ejemplarizante por lo terrible. Las ciudades fueron sometidas al silencio y la ceguera; nadie veía ni sabía nada. Familias enteras desaparecieron o se dispersaron después de 15 días de resistencia muy sonada.

--Cita el ejemplo de los ferroviarios...

--Sí, fue sanguinario. Los militares fusilaron a todos los ferroviarios que se encontraban en toda una línea, Zaragoza-Calatayud, por ejemplo, más de 300 personas. El efecto sobre la ciudad de Zaragoza fue tremendo; hasta el 36 era dinámica y expansiva, y quedó sepultada.

--¿Cuál fue de siempre la relación de Aragón con el gobierno central?

--Aragón proporcionó muchos ministros en ese tercio de siglo, gente como Manuel Marraco, que fue cuatro veces ministro, Iranzo o Ramón Feded, pero no fueron receptivos a las demandas de su tierra. Aragón siempre ha tenido fracasos en sus estrategias centrales

--¿Cuál ha sido pues ese error?

--La falta de una personalidad regional y falta de instrumentos jurídicos. Esa debilidad frente al centro propició el establecimiento de un fuerte caciquismo local.

--¿Existía ya entonces esa conciencia popular alrededor del agua?

--Creo que incluso más viva que ahora, pero en otra orientación; las miras iban dirigidas hacia el canalismo, y la importancia del Ebro radicaba en los afluentes del Pirineo. En plena guerra se aprobó el proyecto del gran pantano de Mediano, lo que dice mucho de esa inquietud.