"En estos años, hemos conseguido que las barreras entre los militares y la sociedad aragonesa se derriben y nos hemos conocido mutuamente". Con estas palabras, el comandante militar de Zaragoza y Teruel y jefe del Mando de Apoyo Logístico Regional Pirenaico (Malrepir) durante los tres últimos años, Alfredo Ezquerro, se despidió ayer de su cargo antes de pasar a la reserva. Una despedida a la que definió como un "hasta luego", ya que vivirá en Zaragoza junto a su familia.

Tras 45 años de carrera, el general de División Ezquerro recibió el homenaje de las autoridades civiles y militares. Por la mañana, el cuartel Capitán Mayoral acogió el acto castrense, que estuvo presidido por el inspector general del Ejército de Tierra, Francisco Boyero.

Después de su último juramento de bandera, más de un centenar de militares desfilaron ante el general, que ofreció unas palabras de agradeciemiento en un ágape posterior al acto. "Si algo ha salido bien en estos años, ha sido gracias a mis colaboradores. Pero lo que ha salido mal se ha debido a mis fallos", señaló Ezquerro visiblemente emocionado.

La Comandancia Militar de Zaragoza reunió por la tarde a numerosos mandos y personalidades políticas como el delegado del Gobierno, Eduardo Ameijide, o el presidente de las Cortes de Aragón, Francisco Pina. Ezquerro recordó que el Ejército de Tierra ha contribuido al crecimiento de la economía aragonesa con más de 240 millones de euros al año: "A veces se dice que el coste por mantener aquí al Ejército es muy alto, pero las cifras revelan que también contribuimos al desarrollo de esta comunidad".

Por su parte, el teniente general Boyero alabó la capacidad de Ezquerro para "crear doctrina en la OTAN" en la planficación de ejercicios multinacionales.