La reconstrucción del crimen de La Puebla de Híjar, en el que falleció el pasado 22 de mayo Patricia Maurel, candidata del PP a la alcaldía de esta localidad turolense a manos de su marido, José Javier Salvador, permitió ayer esclarecer cada movimiento realizado por el homicida confeso desde la hora del suceso, ocho de la tarde, hasta que se entregó a la Policía en Teruel a las 0.30 horas de la madrugada siguiente.

En la reconstrucción ordenada por el titular del Juzgado de Instrucción número dos de Alcañiz estuvieron ayer, además del juez, la fiscal, y los abogados de la defensa, Oscar y José Antonio Ruiz Galbe. También asistieron numerosos efectivos de la Guardia Civil, el fiscal jefe de la Audiencia de Teruel, Jesús Gargallo, y el teniente fiscal.

Las pruebas aportadas revelan que el acusado cargó la carabina utilizada, del calibre 22 y capaz para 12 proyectiles delante de la víctima, quien habría llegado a forcejear con aquél cuando el arma estuvo cargada. La mujer recibió once tiros y el último no fue disparado.

CELOS Según el acusado, los celos fueron el móvil del crimen y la tragedia se desarrolló cuando la víctima reafirmó su libertad para relacionarse fuera de la pareja.

Después del crimen, en un paraje próximo al lugar donde el matrimonio construía un chalet para futura vivienda, el acusado volvió al pueblo para cambiar la furgoneta Citröen C-12 que conducía por otro coche de su propiedad, un BMW, con el que se dirigió a Teruel para entregarse.

No obstante, se detuvo en el parador La Panolla, cerca de Alcañiz, desde donde llamó a un amigo, aficionado a las motos como él, para que le llevara a la capital ya que no se encontraba bien. Le explicó como excusa que iba a buscar a su mujer.

Al parecer, cuando llegaron a la ciudad, Salvador sufrió una caída y acudió a curarse en el hospital Obispo Polanco, donde explicó que iba a entregarse en la prisión provincial porque había matado a su mujer. Los médicos alertaron a la Policía y fue detenido.

El acusado señaló a la Policía dónde se habían producido los hechos para que la Guardia Civil encontrara el cadáver. El hallazgo se retrasó por la oscuridad de la noche y, ante la tardanza, Salvador realizó una declaración sorprendente. Dijo que dejaran de buscar a su mujer "porque posiblemente no la había matado y se había ido a su casa".

La Guardia Civil impuso un cordón de alejamiento a los medios de comunicación y el ministerio fiscal y los abogados de la defensa rehusaron informar sobre los distintos aspectos de la prueba practicada al término de la misma.