Caras de sueño, ropa nueva, mochilas más grandes, padres tan nerviosos como sus hijos y mucha ilusión. Todas estas novedades recibieron las puertas del colegio Joaquín Costa que se abrieron ayer tras casi tres meses de clausura.

El ambiente era inmejorable. Entre decenas de niños y padres, el director del centro, Francisco Gago, se dedicó a resolver dudas como cualquier otro profesor. Las preguntas más repetidas eran las que tenían que ver con el comedor --que comenzaba ayer-- y la hora de la recogida tras el primer día de clase --de 9 a 13 para los que no comían en el colegio y de 9 a 14,45 para los que sí--. "Volver a empezar el curso da mucha alegría, todo está desbarajustado, pero eso es lo emocionante --afirmaba--además, ya era hora de que se dejara en un rincón la play station y se empezara a madrugar. Los niños necesitan actividad".

Precisamente, es esa actividad la que reclamaba Marina, de cinco años, la segunda hija de Juanjo. "Esta mañana se ha levantado toda pizpireta y muy emocionada porque por fin iba a ver a sus amigas". Otro padre, en un corro de madres, comentaba que ayer por la mañana, su hijo se había levantado y lo primero que había hecho había sido "lanzarse a la mochila en lugar del desayuno".

Día de ilusión

Sin embargo, aunque a la mayoría de los niños les encantó empezar el cole, a otros les supuso casi un suplicio. Es el caso de dos primas, Thais y Janisse, que no llevaron tan bien lo de encontrarse con los libros. La madre de la primera, Belén, aseguraba ayer en el Joaquín Costa que la mañana había comenzado con un "no quiero ir", que luego se convirtió en una cara no tan triste al llegar a la escuela. Aunque para Belén, la vuelta al cole ha supuesto "un gran alivio", porque "te permite hacer las cosas sin estar pendiente de ella, con 5 años no la puedes dejar sola nunca".

Aunque ayer en Joaquín Costa sólo comenzaron las clases para los antiguos alumnos, para el director del colegio "el curso ha empezado casi como todos los años, con el cambio radical del comienzo tras las vacaciones". Por esa razón, para facilitar la adaptación, los horarios fueron ayer distintos a los de todo el año. En palabras de Encarna Visús, la jefa de estudios, los recreos serían más amplios y las actividades más ligeras "para que los niños no sufran un choque. La redacción de su verano o los deseos para este nuevo curso serán las únicas actividades".

Hoy se incorporarán los nuevos alumnos y en las aulas del colegio se abrirán por primera vez los libros que recogían hoy los padres, casi tan entusiasmados como aquellos que los devorarán durante el curso. María confesaba, mientras esperaba el material de primaria de su hija, que lo estaba aguardando, "como si fueran para mí".

Tanto el director como la jefa de estudios destacaron que entre las novedades para este año, destacan la asignatura extraescolar del alemán, ya que "el instituto al que van los niños después es el Ramón y Cajal, que la tiene como optativa". Además, la "integración" del alumnado inmigrante del Este y el Magreb constituye su "principal apuesta".