NACIO EN EXTREMADURA, EN 1926

TRAYECTORIA JESUITA DESDE 1944, SACERDOTE DESDE 1958, PROFESOR DE DERECHO CANONICO DURANTE 40 AÑOS EN LA UNIVERSIDAD DE COMILLAS, ASESOR DURANTE 10 AÑOS EN LA NUNCIATURA APOSTOLICA PARA LOS ACUERDOS CON LA SANTA SEDE

--Usted ha abierto el XVII Simposio de Derecho Matrimonial Canónico que acoge Zaragoza estos días. Este se produce en un contexto social en que se habla de crisis del matrimonio eclesiástico ¿podría radiografiar esta situación?

--Desde 1981, en que se consiguió la libertad de matrimonio civil hasta ahora, los enlaces civiles entre católicos han ido aumentando hasta situarse en el 20%, pero la mayoría optan por el canónico debido a la influencia social. Aún así, todavía descenderán las uniones por la iglesia y aumentará quizás el civil hasta situarse en un 50 y 50%. Pero el progresivo descenso ha hecho que quienes optan por la iglesia sean más conscientes. Es un contexto nuevo y soy optimista.

--¿Cuáles son las mayores inquietudes que tienen ahora en cuanto al matrimonio?

--Desde hace cinco años mi mayor preocupación es lo pronto que fracasan los matrimonios, tanto civiles como canónicos. Algo pasa en la sociedad española cuando van en un aumento feroz las uniones que no llegan al año.

--¿Qué factores apuntan?

--La frivolización del matrimonio y que psicológicamente la gente aguanta menos. Falta la conciencia de que es un compromiso que hay que pensárselo mucho...

--¿Asisten a un incremento de peticiones y concesiones de nulidad eclesiásticas?

--Así es. No debe extrañar que aumenten las sentencias que conceden la nulidad, porque actualmente los jueces están mejor preparados, los informes periciales están cada vez más perfeccionados y también ha tenido un papel muy importante la aparición de la mujer en los tribunales eclesiásticos. Además, hasta que se admite la demanda hay un cierto filtro. Por eso, cuando se llega a admitir es porque está justificada.

--¿Cuáles son las causas más frecuentes que alegan?

--Primero, las psicológicas, porque las generaciones jóvenes son psicológicamente más débiles. Ahí se incluyen la falta de madurez y anomalías psíquicas, que hasta1983 no se admitían como causa de nulidad. En segundo lugar, la falta de conocimiento mutuo de la pareja.

--¿Que opina sobre la percepción de que las personas de relevancia pública consiguen más fácilmente la nulidad?

--Es un falso mito, el problema es que trascienden más las nulidades de personajes públicos que la de la gente anónima.

--¿Cómo ve usted la reforma del divorcio que se ha anunciado?

--A mí me parece que la actual ley civil española del divorcio es sensata, porque hay un término medio entre el extremo de hacer imposible el divorcio y facilitarlo. La nueva reforma, por un progresismo mal entendido, lo que va es a facilitar y eso me parece mal. En cambio, me inclinaría por introducir reformas que aumentaran la competencia de los jueces para que cada caso tuviese su consideración especial.