Varios residentes en un grupo de viviendas de promoción pública del barrio del Actur han recurrido al Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, para denunciar los continuos actos de vandalismo en los bloques y la inseguridad que padecen por problemas de convivencia entre algunos adjudicatarios de los pisos. Los afectados se han dirigido en reiteradas ocasiones a la Policía Local para denunciar robos en trasteros y daños en vehículos estacionados en el garaje. Sin embargo, al ver que después de varios años sus demandas no surtían efecto han acudido al Justicia.

Fernando García Vicente, después de recabar informes del Gobierno de Aragón, el Ayuntamiento de Zaragoza y la Delegación de Gobierno, ha emitido una sugerencia en la que se invita a la DGA a tomar las medidas necesarias para acabar con esta situación. "Que en su condición de propietaria de las viviendas de alquiler de protección oficial y promoción pública situadas en la calle Juan Ramón Jiménez, se adopten por la Diputación General de Aragón cuantas medidas sean necesarias para garantizar a los vecinos el derecho a una vivienda digna exigiendo a los inquilinos que ocupan las mismas el cumplimiento de las disposiciones legales en materia de propiedad horizontal", dice el documento.

Según el expediente del Justicia, en la comisaría de la Policía Nacional del Arrabal constan denuncias formuladas por la comisión de robos y daños en cuartos trasteros y por actuaciones típicas de gamberrismo "totalmente relacionadas con el ambiente incívico" de la comunidad. Los agentes reconocen además que se tiene conocimiento de los problemas de vecindad derivados de algunos residentes, "personas marginales, sin ocupación conocida", que lejos de respetar las normas elementales de convivencia "causan molestias y provocan situaciones de tensión". Aseguran que se ha investigado cada una de las denuncias pero que no se han obtenido pruebas concluyentes sobre los autores de los robos o los daños en vehículos.

El informe elaborado por la Policía Local revela además que en diciembre del año pasado los cuatro accesos peatonales que existen para entrar al garaje se encontraban "totalmente forzados y abiertos", facilitando la entrada a cualquier persona ajena a las viviendas. Los agentes comprobaron también en aquella ocasión que en el interior había vehículos desguazados y quemados y que en los rincones se acumulaban basuras, orines, restos de comida y bebida, cristales rotos y excrementos.

LA DGA LO RECONOCE Fuentes del Gobierno de Aragón reconocieron que los problemas del grupo de viviendas de la calle Juan Ramón Jiménez y Luis Legaz Lacambra son "históricos" aunque sostuvieron que poco se puede hacer. "El Gobierno de Aragón no dispone de Policía autonómica para velar por esta comunidad y resolver los casos de robos y daños a vehículos, para eso están la Policía Local y Nacional", dijeron.

Recuerdan que durante varios años se contrataron temporalmente los servicios de una empresa privada de vigilancia. "Inútilmente, porque los gamberros se esperaban a las horas en las que no estaba el guardia para seguir haciendo de las suyas", apuntaron. Según refleja el informe del Justicia, fue la "ineficacia" del servicio de vigilancia y su alto coste (3.450 euros mensuales que costeaba íntegramente la DGA), los que motivaron la finalización del contrato en enero de este año.

Reconocen también que algunos bienes muebles de los edificios se encuentran en muy mal estado, sobre todo buzones y extintores, pero alegan que las roturas son tan frecuentes que se ha optado por espaciar en el tiempo las reposiciones: "Al principio se cambiaban buzones y extintores en cuanto se rompían, pero duran tan poco tiempo que hay que plantearse las reparaciones".

En el informe remitido por el Justicia al Gobierno de Aragón se les recuerda su deber como propietarios del inmueble y la posibilidad de iniciar procedimientos judiciales de desahucio contra quienes no se amolden a las normas de convivencia. Desde la DGA replican que no existen pruebas concluyentes sobre los autores de los actos vandálicos, los robos y la roturas de coches.