El tribunal de la Sala Primera de la Audiencia de Zaragoza juzgará a partir de hoy a Jesús René Alvarez, para quien el fiscal solicita más de 30 años de prisión por el asesinato de su expareja, Yolanda Monleón, en 18 de noviembre del 2002. La víctima fue sorprendida en su domicilio del barrio de Las Fuentes por el agresor, quien le asestó más de 120 puñaladas y prendió fuego al piso para borrar las huellas del crimen.

El caso será juzgado por un tribunal ordinario porque tanto el fiscal como la acusación particular, que ejerce el abogado Alfonso Bayo, además del asesinato, imputan al acusado los delitos de incendio y quebrantamiento de medidas judiciales, que no competen al jurado.

La víctima y el acusado habían mantenido relaciones de pareja cerca de un año y residían en el piso de Yolanda hasta que la relación se quebró el 14 de junio del 2002, después de que la joven fuera agredida por su compañero.

Por esta agresión, René fue condenado posteriormente al crimen a seis arrestos de fin de semana. No obstante, tras la denuncia de los hechos, el juez le había impuesto medidas de alejamiento de la víctima.

El crimen revistió unas características por la crueldad demostrada por el agresor, quien utilizó cuatro cuchillos y un machete, algunos de los cuales se rompieron por la reiteración el apuñalamiento.

La muerte de Yolanda se produjo por degüello y, según recoge el escrito de calificación fiscal, el acusado siguió descargando su ira sobre los efectos personales y los muebles de la víctima, para prender fuego a la vivienda antes de huir.

El fiscal estima que, el día de los hechos, tras mantener una fuerte discusión, René se precipitó con un cuchillo contra Yolanda, que en aquellos momentos se encontraba desnuda, "impidiéndole totalmente la defensa, dada la repentina e imprevista agresión, así como por la fuerza física del agresor y la superioridad que la confería la tenencia del arma" y le apuñaló en el cuello, para seguir sus agresiones en otras partes del cuerpo después de muerta.

La Policía encontró en el lugar del crimen y junto al cadáver un cuchillo doblado, dos con la hoja rota, otro entero y un machete. Los forenses no pudieron contar en la autopsia el número total de heridas causadas.

El sospechoso intentó borrar todas las huellas del crimen en las horas siguientes, pero fue detenido por la Policía. Su abogado, Lorenzo Soláns, solicitará durante la vista la absolución del acusado.