La Escuela Club de Gimnasia Rítmica de Zaragoza acaba de celebrar sus 25 años de existencia, una efeméride en la que se ha rendido homenaje a las figuras pasadas y presentes de una modalidad deportiva que ha dado grandes frutos, incluso a nivel internacional, a partir de la capital aragonesa.

Los actos se organizaron el pasado sábado, primero en el Centro Cívico Río Ebro del Actur, donde el reconocimiento de socio de honor fue para Maite Guardiola, que destacó por el impulso dado a la gimnasia rítmica en la ciudad de Zaragoza desde 1977. Menciones especiales recibieron Araceli Ceballos, que fue presidenta del club, y María Luz Cuadrado, cofundadora y actual presidenta del filial. Una distinción especial recibió asimismo a la actual directora técnica, Teresa Muñoz Sánchez, entrenadora nacional y juez internacional de gimnasia.

Uno de los momentos más emotivos fue el homenaje de que fueron objeto las gimnastas de nivel internacional, en quienes "se deben mirar las jóvenes promesas", según las palabras del presidente del club, Santiago Esteban González. Estuvo presente en el acto matinal el concejal de Deportes, Luis Pastor.

En el acto tuvo lugar un desfile de las gimnastas internacionales que, en los cinco lustros de existencia del club, ha logrado las mayores metas para esta disciplina de elite: Nancy Usero, Pilar Cabeza, Eva Ovalat, Ana Carlota de la Fuente, Gema Royo, Marta Aberturas, Sonia Bermejo, María Álvarez, Regina Guati, Ana Jesús Garicano, Didí Romeo, Esther Domínguez y Teresa Vizoso.

Todas ellas estarían posteriormente en la cela cena que se sirvió en la Residencia Pignatelli, donde se comentó el gran papel desarrollado por la selección nacional en 1991, año en que arrebató el título de Europa a los países del Este, que hasta entonces habían sido los campeones indiscutibles de la modalidad.

Al final de la cena, Teresa Muñoz tomó la palabra para agradecer la asistencia de gimnastas que, en muchos casos, residen y desarrollan su vida profesional fuera de Zaragoza. Sus palabras fueron oídas por numerosas promesas que forman parte de una cantera compuesta por 4.500 niños y niñas a los que enseñan 85 monitores y monitoras.