Doce trabajadores resultaron heridos leves ayer en Tarazona como consecuencia de la explosión de una de las calderas de la empresa Trelleborg Automative, dedicada a la fabricación de materiales de caucho. El suceso se registró pasada la una del mediodía, cuando la tapa de una máquina autoclave (una caldera de vapor) reventó y salió disparada hacia la zona de oficinas y otros materiales hacia una nave colindante, lo que provocó doce heridos y numerosos daños materiales.

Afortunadamente, la tapa de hierro fundido que salió despedida chocó directamente con la pared sin golpear a ningún trabajador, ya que su potencia era tal que reventó el muro con el que chocó. Los daños personales, sobre todo golpes y afecciones en los oídos, se debieron a la onda expansiva de la detonación.

"Si nos llega a coger a alguno no lo hubiéramos contado", aseguró Rafael Ruiz, uno de los trabajadores heridos. "Cuando me he dado cuenta ya estaba tumbado en el suelo. Nunca había oído un estruendo así, en cuanto recuperé el sentido me levanté del suelo y corrí hasta fuera de las instalaciones", relató este trabajador que tiene el brazo izquierdo escayolado.

Rafael reconoce que el nerviosismo se apoderó de los 60 trabajadores que se encontraban en ese momento en la planta: "Ocurrió todo muy rápido y apenas me dio tiempo para pensar en nada. Nos vimos ya fuera pero no sabíamos lo que pasaba dentro hasta que pasaron los minutos". Las primeras hipótesis de la investigación apuntan a que la explosión se pudo producir por una excesiva presión en la caldera.

Aunque ninguno de los heridos revestía gravedad, cuatro de ellos fueron trasladados al hospital Reina Sofía de Tudela, uno de ellos para ser atendido de una pequeña brecha en la cabeza y otro, que cayó al suelo por la onda expansiva, para realizarse una placa por el dolor que presenta en las cervicales.

Otro herido fue evacuado al centro médico de Tarazona para ser tratado de lesiones leves y los siete restantes volvieron a sus domicilios por su propio pie, acompañados por amigos o familiares, tras recibir la atención del personal facultativo desplazado hasta la zona.

Los heridos, la mayoría vecinos de la zona de Tarazona y la provincia navarra, además de traumatismos sufren problemas en el sistema auditivo a causa de la fuerte detonación, como en el caso de Rafael Ruiz. "Por uno de los oídos sólo escucho un zumbido constante, por lo que tendré que hacerme una revisión para conocer el alcance real de la lesión", explicó.

Tras la explosión, además de los servicios médicos del 061, acudieron a la empresa agentes de la Guardia Civil de Zaragoza y de Tarazona, que ayudaron a auxiliar a los heridos y reconocieron la zona donde se produjo la detonación. La actividad de la planta, donde trabajan en total 160 personas, ha quedado paralizada de momento por orden de la Policía Judicial para determinar las causas de la explosión.