Es el más veterano de todos los voluntarios medioambientales que trabajan los veranos en los parajes más emblemáticos de Aragón. Admite la mayor concienciación ciudadana, pero lamenta la actitud de unos pocos.

Es el más veterano del programa de voluntariado medioambiental que desde hace once años organiza el Gobierno de Aragón e Ibercaja. Ni un solo verano desde 1996 ha faltado a la cita. Su trabajo consiste en informar a los visitantes sobre los problemas ambientales, como los incendios forestales, y las normas a seguir, aunque también colabora en las labores de limpieza, asistencia a heridos e incluso ha participado en algún rescate de urgencia. "La concienciación ambiental es mucho mayor que hace diez años, pero los ciudadanos siguen tirando bastante basura", lamenta Miguel Ángel Sanz Burillo. Un diseñador de circuitos de ordenador de 40 años que desde hace siete acude los fines de semana que le corresponden al Moncayo como uno más del grupo de voluntarios.

"Por ignorancia o desconocimiento, algunas personas continúan haciendo fuego en el monte, pero lo apagan en cuanto son informados de la gravedad del hecho. Creen que el fuego de un hornillo no es dañino. Pero en ocasiones he tenido que llamar a la guardería forestal", explica. Miguel Ángel es un amante de la naturaleza, y como tal critica duramente a los pirómanos. "A los que queman árboles no habría que sacarlos de la cárcel", comenta.

Las zonas de actuación de los voluntarios han sido seleccionadas por ser parajes emblemáticos de la geografía aragonesa, tales como: el Moncayo; Albarracín y Maestrazgo; Guara, Alto Ésera, Alto Aragón, Ordesa y Valles de Hecho o Ansó. Este año, los distintos grupos rotativos --formados por cinco personas, cuatro voluntarios y un profesional-- actúan durante los meses de agosto y septiembre en periodos de quince días. Y solo en el Moncayo se trabaja exclusivamente los fines de semana.

Conocer Aragón

"Aunque la creencia generalizada es que el voluntariado es para gente joven, creo que los mayores también tenemos mucho que aportar en estos programas", dice recordando la primera vez que acudió a Albarracín. "Volví maravillado, porque a la vez que disfrutas conoces Aragón y aportas tu granito de arena al Medio Ambiente", insiste, porque participar en estos programas se traduce en un conocimiento más profundo de Aragón y de sus problemas desde todos los puntos de vista.

"Esto es como un Gran Hermano, porque durante quince días convives con otras personas día y noche. Y, como en el programa de la televisión, también se crean parejas. No obstante, siempre te puede tocar un grupo malo, bien porque las edades son muy diferentes o distintas las aspiraciones o gustos". Miguel Ángel admite haber tenido suerte, y, de hecho, mantiene tal amistad con algunos de sus compañeros que incluso acudieron como invitados a su boda. "Mi mujer lleva diez años participando en el programa, pero reconozco que ella más bien lo hace por mí".

Y es que el programa provee de alojamiento, manutención, vehículo todoterreno y uniformes para todos los voluntarios. De hecho pueden participar como voluntarios todas las personas mayores de 18 años que lo deseen y menores con autorización paterna.

"A nivel personal, es una muy buena experiencia que recomiendo. Recuerdo que un año acompañamos a un grupo de disminuidos físicos, y aquello me llenó por el cariño con que nos acogieron. Aún me saludan si los encuentro por la calle. Pero también se me ha quedado marcado una vez que vi furgonetas llenas de leña para hacer una simple costillada. Parecía que iban a quemar todo el bosque".

La educación ambiental sigue siendo una asignatura pendiente. "Hay quien te pone mala cara cuando le dices que baje el volumen de la radio del coche porque asusta a los animales. Y es que hay momentos en que nos olvidamos de la concienciación", concluye este voluntario. No obstante, Miguel Ángel recalca el problema de la suciedad: "Este último fin de semana hemos recogido gran cantidad de basura en el Moncayo. Creo que la gente no es consciente, pero se tiran menos desechos en los parques de Zaragoza que en el monte".