Los concesionarios del bus ponen a la venta su empresa, TUZSA, y los empleados quieren saber lo que se avecina. El servicio, dice un conductor, debe ser municipal.

Conduce autobuses urbanos --el 24, por ejemplo--, y es sindicalista veterano del CUT. Como a los más de 800 empleados de la concesionaria del transporte público de Zaragoza, TUZSA, el anuncio público de que la empresa en la que trabaja está en venta le ha dejado con un recelo que no podrá desterrar de su cabeza hasta que termine la operación y pueda saber con certeza a qué atenerse.

"Nos dicen que no va a haber problemas, pero estamos a la expectativa a ver qué pasa. Que la contrata la tenga una empresa privada supone riesgos como éste, que hay compras y ventas y el consistorio zaragozano no las puede controlar. Sería la ocasión para pensar en municipalizar de una vez el servicio de transporte urbano de la capital aragonesa, que la empresa de los autobuses fuera el Ayuntamiento de Zaragoza, o que al menos tuviera una participación en ella".

Anadón tiene información privilegiada a través del comité de empresa. La semana pasada la dirección de TUZSA convocó una reunión para anticiparles la idea de la casa matriz, Avanza, de buscar compradores para todo el grupo. Según lo que indicaron los jefes, la plantilla de Zaragoza no se moverá y la contrata del bus, vigente hasta el 2012, no corre peligro alguno.

Pero hay incertidumbre, dice Anadón, porque no se sabe quién será el próximo propietario y qué intenciones traerá "Parece que están buscando un socio capitalista, más dinero para poder entrar en los próximos negocios que se avecinan, como la implantación del tranvía. Su idea es estar en el metro de Sevilla y en el tranvía de Zaragoza", apunta Anadón.

Conductores, administrativos, inspectores y directivos de TUZSA están a la espera. "No nos han aclarado muy bien que es lo que van a hacer. Puede ser ampliación de capital, entrada en otro grupo, venta...". Por el momento, Avanza ha encargado la búsqueda de compradores a una firma especializada, y a los trabajadores sólo les queda confiar. "Si se mueve alguien, será algún alto cargo. Con el resto de los empleados no creo que haya problemas", aventura el conductor de TUZSA.

Lo que tienen claro es que se va a acabar el perfil de empresa familiar que tenía la concesionaria. El asunto ya cambió cuando se creó Avanza con otras empresas españolas del sector del transporte local e interurbano. Y ahora, lo que se vislumbra es "la entrada en algún grupo internacional, porque en España, Avanza ya es el segundo en importancia y el primero de capital español", después de que Alsa pasara a depender de los británicos.

Esta vez, explica Javier Anadón, la cosa del cambio va en serio. Recuerda que hace un año "sonaron campanas, hubo intento de hacer lo mismo que ahora, pero al final no se pusieron de acuerdo y todo se quedó en agua de borrajas". Hasta que se comunique algún movimiento serio, el comité de empresa y los trabajadores siguen a lo suyo entre el recrudecimiento del tráfico y las obras continuas de la Zaragoza preexpo, pero con la vista puesta en las noticias económicas y en la rumorología interna del sector de los buses urbanos.

El viernes desaparecerá definitivamente el bonobús de cartón y la gente subirá más deprisa, pero aún así el cumplimiento de las frecuencias se hace imposible entre vallas y zanjas. Está por ver si con el nuevo dueño mejora la situación.