Nervios y más nervios. Cuchicheo y alboroto por todas partes. "¿Qué te ha tocado? ¿Lorca?". Preguntas como esta son las que se hacían ayer unos a otros tras salir del primer examen de selectividad de septiembre, de Lengua y Literatura. Por delante quedan aún dos días de pruebas de Matemáticas, Inglés, Historia, Filosofía y demás asignaturas hueso que son el temor de muchos.

Alexandra Sabio tenía la cara arrebolada de pensar. Todavía nerviosa por el esfuerzo realizado afirmó que lo estaba llevando "mal". Es Filosofía la que le quita el sueño "porque hay muchas cosas y es todo teoría", explicó. Esta universitaria en potencia quiere estudiar Trabajo Social por amor al arte. Aunque reconoce que hay que mirar un poco si la carrera tiene salidas, "primero te tiene que gustar", afirma rotunda.

La facultad es un espacio de interculturalidad. Norquelis Franco viene de algún país exótico de Sudamérica. Por eso le cuesta algo más hacer los exámenes, porque no sabe "casi nada de esta zona", explicó con acento cantarín. Norquelis no estudió mucho para este primer examen, "solo repasar", porque se le da "bien" la asignatura.

Esta muchacha no recurre a otro truco para enfrentarse a esta prueba que estar "segura" de sí misma y pensar en lo que ha estudiado. Así, no duda de que terminará siendo administrativa o arquitecta. "Las dos carreras me gustan así que elegiré la que más salida tenga", puntualizó aunque aún es pronto para soñar porque quedan cinco exámenes por hacer.

Este septiembre son 1.231 los jóvenes que, hasta este jueves, pasarán por las aulas de la Facultad de Derecho de Zaragoza para hacer las pruebas, mientras que en junio fueron cerca de 4.000.

Pilar Santiago afirmó con voz excitada que lleva "todo el verano estudiando" para superar las pruebas. Sin dudar, explicó que quiere hacer Filología Inglesa al tiempo que lanzaba una mirada en torno suyo. "Creo que me perderé en la universidad porque es muy grande", exclamó riendo. Esta joven también recurre a la seguridad en sí misma para afrontar los exámenes. "Si otros los aprueban, yo también puedo", sentenció.

La tensión que campaba ayer por el campus será la tónica general hasta el jueves, cuando muchos de estos chavales podrán respirar tranquilos. Ya habrá pasado lo peor.