La colonización de toda la cuenca del río Ebro por parte del mejillón cebra es ya cuestión de tiempo. El anuncio de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) de la existencia de larvas en el meandro de Ranillas es una muy mala noticia, ya que echa por tierra la teoría de que Mequinenza era una barrera infranqueable para esta especie invasora, la peor plaga ecológica para las infraestucturas relacionadas con el suministro de agua.

El mejillón cebra es el invasor perfecto. Por su naturaleza se adhiere a turbinas, filtros, rejillas, tuberías, cañerías, depósitos, acequias, piedras y cualquier otra superficie, colonizándola de manera que las obstruye hasta reventarlas incluso. Solo un ejemplo: los trabajos realizados por Endesa en el 2004 en el embalse de Ribarroja para sustituir los filtros de las turbinas de la presa revelaron que las rejas metálicas habían sido colonizadas con una densidad que llegaba a los 200.000 ejemplares de mejillón cebra por metro cuadrado.

El problema es que aún no existe una solución para eliminarlo. Por lo que la cuestión es muy seria y los daños económicos ya se prevén muy altos.

La CHE reveló el miércoles la detección de larvas --en una concentración de 0,65 por litro-- en el meandro de Ranillas, lo que viene a significar que, presumiblemente, ya existen ejemplares adultos aguas arriba que las hayan emitido. Técnicos de Confederación comenzaron de hecho ayer mismo a realizar una inspección ocular.

El ingeniero Imanol Cía, que actualmente está trabajando en su tesis doctoral sobre el mejillón cebra, avanza que "la densidad de larvas detectadas es ya suficiente como para ser alarmista, porque es cuestión de tiempo que aparezcan colonias continuas a lo largo del Ebro".

El director general de Medio Natural, Alberto Contreras, asegura que en un comunicado interno, el comisario de Aguas de la CHE confirmaba el "hallazgo ocasional, en el puente Larraz, aguas abajo del embalse de Sobrón (en Burgos), de mejillones adultos, lo que podría indicar una afección de la invasión del mejillón en toda la cuenca del Ebro". Desde la CHE no obstante, niegan la existencia de informes oficiales al respecto.

El problema del mejillón cebra se viene arrastrando desde hace años, y nadie ha sido capaz de frenarlo. En España, se detectó en el 2001 en el río Ebro en el embalse de Ribarroja y en el Bajo Ebro catalán, y desde julio del 2004 se expande por Mequinenza. Y ha empezado a remontar el cauce del río Mijares en varios kilómetros, en la comunidad valenciana.

Además, en el verano del 2005 se localizó en la cuenca del Júcar. En Europa, sobre todo en Inglaterra y Holanda, la plaga lleva más de cien años actuando --se cree que es originario del mar Caspio-- y en EEUU más de quince.