LA SEXTA ENTREGA DEL ´DIARIO DE UN INMIGRANTE´ ABORDARÁ LAS TENTATIVAS DE MOUSSA SYLLAH POR ENCONTRAR TRABAJO EN LA AGRICULTURA Y LA CONSTRUCCIÓN. LA FORTUNA NO LE HA SONREÍDO, PERO CONFÍA EN QUE COMPATRIOTAS CON MÁS SUERTE QUE ÉL LE ECHEN UNA MANO.Moussa Syllah siempre tiene presente la grave advertencia que le hizo su profesor del centro de formación sociolaboral de la Fundación Federico Ozanam el primer día de clase. "Si haces el trabajo mal o a medias, ya puedes coger el cayuco y volverte a África", le dijo entonces Héctor, que enseña fontanería a inmigrantes en el Casco Viejo de Zaragoza.No bromeaba, y tampoco Moussa se lo tomó a risa. A sus 26 años, lo que menos desea en el mundo es regresar a Senegal. El penoso viaje a España le costó más de 3.000 euros, una auténtica fortuna para este vendedor de verduras y legumbres de Dakar. Y para rentabilizar su inversión tiene que formarse rápidamente y empezar a trabajar cuanto antes."Hubiera preferido aprender albañilería, pero no había plazas, y me apunté a fontanería", reconoce Moussa. "El oficio de fontanero es muy técnico, mientras que si te formas como peón de albañil es más fácil encontrar trabajo en cualquiera de las muchas obras que hay en marcha", afirma.Una oportunidadDe hecho, nada más llegar a Zaragoza, a principios de agosto, hizo varias tentativas para colocarse de albañil. Pero en todas partes le cerraron la puerta. No es solo que esté en situación irregular. Es que tampoco se maneja en español ni ha trabajado nunca como obrero de la construcción.El curso de fontanería surgió cuando estaba a punto de desmoralizarse. Fue a Ozanam y se inscribió, porque en su situación no puede estarse con los brazos cruzados.Además, ha resultado que el oficio de fontanero tampoco se le da mal. "Posee cualidades para ser un buen profesional", asegura Héctor. "Tiene mucha habilidad en las manos y bastante fuerza física", precisa.El profesor es como un padre para Moussa y para los otros diez o doce aprendices, que proceden del Magreb, del África subsahariana y de Suramérica. "Todos los días les recuerdo que el dominio de un oficio es una oportunidad para ganarse la vida y hacerse un hueco en la sociedad", indica Héctor.El curso que imparte, que dura tres horas cada día, empezó el pasado 11 de septiembre y no concluirá hasta el próximo 21 de diciembre. "Son muchos días y muchas horas, y eso requiere constancia y lo que se denomina hábito laboral, algo que a menudo les falta a los inmigrantes y que hay que inculcarles desde el principio", explica.En el taller de Ozanam se practica con toda clase de materiales y se enseña desde soldar hasta montar instalaciones sanitarias, sin olvidar lo relativo al PVC. Casi todo resulta nuevo para Moussa, que, no obstante, poco a poco, ha empezado a cogerle el gusto a la fontanería. "Ahora se me da mejor que antes", afirma con una sonrisa."Su actitud ante el aprendizaje es muy positiva", comenta Héctor. "Pone muchas ganas y mucha fuerza de voluntad, como casi todos los inmigrantes", agrega.Si el senegalés completa el curso con éxito, obtendrá una cualificación similar a la de un oficial de segunda y podrá salir al mercado laboral con ciertas garantías de éxito. Héctor es optimista y piensa que, al convertirse en un trabajador cualificado, Moussa podrá regularizar su situación.Sin embargo, no todos comparten su punto de vista.

"Si haces el trabajo mal o a medias, ya puedes coger el cayuco y volverte a África"

"Hubiera preferido aprender albañilería, pero no había plazas, y me apunté a fontanería""El oficio de fontanero es muy técnico, mientras que si te formas como peón de albañil es más fácil encontrar trabajo en cualquiera de las muchas obras que hay en marcha"

"Posee cualidades para ser un buen profesional""Tiene mucha habilidad en las manos y bastante fuerza física"

"Todos los días les recuerdo que el dominio de un oficio es una oportunidad para ganarse la vida y hacerse un hueco en la sociedad"

"Son muchos días y muchas horas, y eso requiere constancia y lo que se denomina hábito laboral, algo que a menudo les falta a los inmigrantes y que hay que inculcarles desde el principio"

"Ahora se me da mejor que antes"

"Su actitud ante el aprendizaje es muy positiva""Pone muchas ganas y mucha fuerza de voluntad, como casi todos los inmigrantes"

"La paradoja es que, pese a su capacitación, Moussa seguirá siendo un inmigrante en situación irregular y estará expuesto a que lo expulsen de España en cualquier momento"