Las personas que donen su cuerpo para la investigación científica recibirán una sepultura especial dentro del complejo funerario de Torrero. El ayuntamiento ha firmado un convenio con la Universidad de Zaragoza por el que acuerdan depositar los restos incinerados de estos ciudadanos altruistas en un mausoleo del siglo XIX. En señal de agradecimiento por su gesto, se colocará una placa con los nombres de los donantes. Hasta la fecha, las cenizas de los restos se depositaban en la fosa común y, gracias a este acuerdo, estas personas recibirán un reconocimiento público que estará ya acondicionado para el 1 de noviembre, día de Todos los Santos.
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