--¿Cómo definiría la naturaleza de la Obra Social y Cultural de Ibercaja?

--Ibercaja, como todas las cajas de ahorros, tiene una razón de ser que es su obra social y cultural. No tenemos accionistas y lo que hacemos es devolver la confianza que la sociedad tiene en nosotros. Esto es lo que nos distingue. En el 2005, el conjunto de las obras sociales y culturales de las 46 cajas de ahorros españolas tuvieron un presupuesto de 1.300 millones de euros, eso es la mayor fundación privada del mundo, por encima de la fundación de Bill Gates, que fueron 1.200 millones.

--¿A cuánto asciende el presupuesto aportado por Ibercaja?

--La aportación de Ibercaja a obras sociales es de 51,5 millones de euros. Entre las partidas más importantes, un 21,36% se está destinando a asistencia social y sanitaria; un 34,38%, a la acción cultural y el tiempo libre y un 26,01%, a educación e investigación.

--¿Son muchas las peticiones recibidas?

--Ibercaja suele atender por encima de mil peticiones al año. En el 2005 se firmaron más de 230 convenios con distintas asociaciones y se colaboró en el desarrollo de actividades de más de 350 municipios en toda España. Estos son los datos genéricos. Con una voluntad, no solo de Ibercaja sino de todas las cajas de ahorro, que va de disminuir nuestra presencia en el mundo de la cultura y del tiempo libre y un incremento de la presencia en el mundo asistencial y en el mundo de las dependencias.

--Ese deseo se ve ya reflejado en el presupuesto destinado. Mientras que la aportación para cultura ha disminuido respecto al 2005, la destinada a acción social se ha incrementado.

--Es un poco la historia de la obra social y cultural de las cajas y, por tanto, de Ibercaja. Lo que hacemos es responder a unas demandas de la sociedad a las que posiblemente las cajas son las primeras en responder. Por ejemplo, las obras sociales de las cajas fueron las primeras que hicieron guarderías infantiles y lo mismo ocurrió con las residencias de la tercera edad. Ahora las residencias las hacen la administración pública o la iniciativa privada. En los últimos 20 años, la iniciativa pública y privada ha entrado en el mundo de la cultura, porque es muy espectacular. Las cajas, como ese campo está ya cubierto, se están retirando y volviendo a lo que es su razón de ser, que es el mundo asistencial.

--¿Cuál es la presencia de Ibercaja en este mundo asistencial?

--Además del presupuesto destinado, que este año supera los once millones de euros, estamos implicados en muchas iniciativas. El 1 de octubre se convocó el segundo concurso de proyectos asistenciales y de ayuda a la dependencia. Además, Ibercaja concede ayudas directas a distintas entidades que trabajan en acción solidaria. Otro de los puntales de la actividad de la obra social son las acciones medioambientales, y por cuarta vez consecutiva se convocan ayudas de apoyo. También participamos en importantes proyectos culturales.

--¿Cuánta gente calcula que se beneficia o disfruta de esta obra?

--Por los centros propios pasaron 500.000 personas en el 2005 y este año esperamos que sean 650.000. En el conjunto de beneficiarios de la obra social propia y de la que se desarrolla en colaboración con otras personas y entidades, esperamos alcanzar los dos millones de personas.

--¿En qué campo se siente más satisfecho?

--Este año ya hemos llegado al 22% del presupuesto en el mundo asistencial. Son muchas las asociaciones de alzheimer, de parkinson, de disminuidos físicos y psíquicos, de tercera edad. Esta labor solo la conocen los beneficiarios directos, que no tienen repercusión en los medios de comunicación. Sin embargo, este es el campo, el objetivo que más satisfacción produce a Ibercaja y a toda su gente.