La línea de alta velocidad se estrenará con pasajeros el próximo día 19 en Tarragona, aunque lo hará a menos velocidad que en el resto del corredor entre Madrid y Lérida y sin aumentar de momento el número de servicios. Estas son las previsiones que baraja el Ministerio de Fomento para la puesta en servicio del tramo catalán del AVE, en el que pretende ir sobre seguro para evitar que se reproduzcan los errores y problemas que han rodeado a esta infraestructura desde que el PP la inauguró hace algo más de tres años.

Como adelantó este diario, los planes oficiales pasaban por abrir los 90 kilómetros que separan las estaciones de Lérida y Camp de Tarragona en la tercera semana de diciembre, dado que en las exhaustivas pruebas que se realizan no se están encontrando "graves problemas" en el funcionamiento de los sistemas. Aunque el departamento de seguridad del ADIF, el ente público que construye la línea, debe ser la que fije a qué velocidad puede llegar el tren a la costa, fuentes ferroviarias apuntaron que la previsión en estos momentos es iniciar la explotación a 200 km/h y aumentar "de forma progresiva" la velocidad a lo largo del próximo año.

La inauguración política se realizará con 24 horas de antelación, el lunes día 18, con un viaje con autoridades y medios de comunicación, según los planes de trabajo. La ministra, la socialista malagueña Magdalena Álvarez, también abrirá el día 16 el tramo del AVE entre Córdoba y Antequera, incluido en el nuevo ramal de Málaga en obras.

El actual equipo del Ministerio de Fomento pretende emular la gestión que ya realizó con el resto del trazado de alta velocidad Madrid-Lérida, que se sometió a múltiples comprobaciones y ensayos antes de incrementar la velocidad de 200 a 250 km/h el pasado mes de mayo con el estreno del sofisticado sistema de señalización y control ERTMS.

El siguiente escalón se superó en octubre, cuando los trenes pasaron a circular en algunos puntos a 280 km/h para preparar toda la explotación de la línea a 300 km/h antes de finalizar el 2007. El objetivo es evitar polémicas, especialmente en una comunidad catalana ya muy sensibilizada por los problemas surgidos en Barcelona con los cercanías.

Las citadas fuentes de Fomento señalaron que el estreno del tramo catalán implicará una mejora importante para los usuarios, dado que los viajeros que se dirijan a la Costa Dorada cambiarán la línea convencional por la del AVE y ganarán unos minutos de viaje al aumentar la velocidad --la vía convencional solo permite ir a 160 km/h en algunos puntos--.

Los miles de aragoneses que tienen segunda residencia en la playa podrán realizar el trayecto entre Zaragoza y Tarragona en algo más de una hora (podría rondar los 75 minutos) cuando en la actualidad cuesta más de dos horas con el mismo material ferroviario, los trenes de alta velocidad de ancho variable Alvia.

De lo que no podrán beneficiarse de momento es de un mayor número de servicios, dado que en los planes de la compañía Renfe solo entran de momento la introducción de ajustes de horarios y algunas pequeñas mejoras.

Otro de los grandes beneficios será los trayectos hasta Barcelona, que también se recortarán en tiempo y que sufrirán un menor índice de incidencias al circular más tiempo los trenes por la línea del AVE.