Las carreteras aragonesas se cobraron cinco vidas durante el puente de la Constitución y la Inmaculada del año 2005. En toda España, se registraron en total 104 fallecimientos a lo largo del periodo festivo, una cifra muy elevada con respecto a años anteriores, dado que en el 2004 el balance había sido de 58 víctimas mortales. En la comunidad aragonesa, el accidente más grave se registró en la N-230, que une Lérida con el valle de Arán a través del este de la provincia de Huesca. Murieron dos personas y otras cinco resultaron heridas de distinta consideración en una colisión en la que se vieron implicados tres turismos. Además, volvieron a registrarse las habituales retenciones de la Ronda Norte y de la travesía de El Burgo de Ebro.