El Canal de Aragón y Cataluña ha comenzado ya a devolver desde el Ésera a la cuenca del Noguera Ribagorzana los caudales suministrados el pasado verano de forma extraordinaria a la zona baja del sistema oscense-leridano mediante el vaciado de emergencia del embalse de Canelles. Los recursos que conservaba el macropantano, situado a caballo entre Aragón y Cataluña, fueron destinados a la zona baja del regadío, integrada por 34.000 hectáreas leridanas y 8.000 del Bajo Cinca. La maniobra permitió liberar caudales del Ésera desde el pantano de Barasona para prolongar un par de semanas la agónica campaña de riegos en la zona este de Huesca. Desde hace unas semanas, el agua del Ésera va a parar al Canal de Piñana mientras el embalse de Santa Ana únicamente deja salir el caudal ecológico que requiere el Ribagorzana y, aguas arriba, Canelles y Escales restringen al máximo la salida de agua con el fin de recuperar sus niveles de reservas.