Un joven empresario aragonés, Javier Celada, ha diseñado junto a un grupo de socios, tras seis años de investigación, un avanzado sistema de seguridad que no requiere sustituir las vallas quitamiedos instaladas en los arcenes. Simplemente, basta con recubrir las biondas con un tejido técnico, con gran capacidad para absorber golpes y hecho a base de poliéster y PVC.

Su propuesta es la respuesta a los miles de motoristas de toda España, entre ellos los aragoneses, que se movilizaron el pasado domingo para exigir la retirada de las vallas quitamiedos de las carreteras. Para ellos, los guardarraíles, tal y como están concebidos, son una trampa mortal. Sus aristas metálicas y los postes que los sujetan al asfalto seccionan los miembros de los accidentados, cuando no siegan directamente sus vidas.

El nuevo método, que está homologado y certificado por el Ministerio de Fomento, "consiste en una malla que cubre totalmente el guardarraíl y que, en caso de impacto, amortigua el choque, evita que el motorista pase por debajo de la valla y lo retiene junto al quitamiedos", explica Javier Celada.

Existen otros sistemas de protección, uno genérico de Fomento y otro de la empresa Hiasa, pero están hechos a base de metal "y no ofrecen tan buenos resultados", en opinión de Celada.

COSTE ECONÓMICO "La ventaja de la funda textil es que no actúa bruscamente, sino que reduce la energía del impacto de forma progresiva, con lo que se consigue evitar que se produzcan lesiones corporales", indica el inventor del sistema, que también lo fabrica y lo instala.

Además, Celada garantiza que el protector textil, comercializado con el nombre de Basyc, no ve afectadas sus prestaciones en caso de que llueva o nieve.

El Basyc fue probado con éxito en la Fundación para la Investigación y Desarrollo en Transporte y Energía (Cidaut), situada en Valladolid. Las pruebas, con un alto nivel de exigencia, revelaron que el tejido es capaz de absorber los impactos producidos por vehículos de hasta 1.500 kilos que circulan a una velocidad máxima de 120 kilómetros por hora.

El Basyc puede empezar a instalarse en cualquier momento, con un coste de 22 euros por kilómetro lineal. En Aragón existen miles de kilómetros de guardarraíles, pero Celada subraya que su invento resultará especialmente útil en los puntos negros. "Su gran ventaja es que recubre por completo las patas de las biondas y evita que se conviertan en auténticas cuchillas", afirma.

Por el momento, el Basyc se ha instalado para la realización de pruebas en el circuito de Jerez, en Murcia y en Alicante, con excelentes resultados. De hecho, su creador opina que podría sustituir ventajosamente a las biondas metálicas.

En las Cortes, la seguridad vial es una cuestión que merece mucha atención por parte de los parlamentarios, que tiempo atrás aprobaron un anteproyecto de ley que apoya la colocación de la funda textil en las carreteras españolas.

Celada insiste en que, al margen de su gran poder absorbente en caso de impacto, el Basyc puede servir para marcar los límites de la carretera por la noche y los días de niebla, dado que es de color blanco.

"Es un producto polivalente y con un bajo coste que servirá para evitar muchas muertes", agrega el inventor, que ofrece la funda textil a todas las administraciones con competencia en materia de carreteras.