No tiene alumbrado público ni agua corriente, pero por su ´calle´, el camino Alto, pasa ahora un tráfico inusitado. Pilar reclama servicios básicos que disfruta la mayoría de su barrio.

Ccuando viene el médico de urgencias por la noche tengo que salir a la carretera con la linterna, porque si no, no llega. Una vez tuvieron que llevarse a mi marido en ambulancia y no encontraban la casa, porque no hay alumbrado público". Pilar Gil lleva muchos años viviendo en el camino Alto de Movera, junto a una granja de su propiedad que ya no funciona. Y protesta porque ni tiene farolas, ni agua corriente, ni tampoco asfalto en un camino "que utiliza todo el que quiere".

Su hijo, Armando, tiene también su vivienda en el camino Alto y está en la misma situación. Ambas familias constituyen la única población de esta vía, que atraviesa la antigua finca Torre del Conde.

Aunque no hay más vecinos, el camino soporta ahora un tráfico como nunca. Va a dar al Lugarico de Cerdán, y desde que el Ministerio de Fomento decidió suprimir la salida directa desde esta población a la carretera de Barcelona, los automovilistas buscan alternativas; una de ellas pasa por el camino Alto, desde el que se puede acceder a la carretera general. La posibilidad oficial tiene menos adeptos, porque supone ir hasta La Puebla y atravesar el polígono Malpica antes de llegar a la N-II.

"Hice un escrito a Fomento y me contestaron que la salida desde el Lugarico la habían quitado por seguridad, pero no se si es mejor el atajo del camino Alto, porque no hay ninguna señalización", explica Armando.

Cada vez que llueve "el padre y el hijo tienen que con un par de camiones de grava y echarla para que se pueda pasar", asegura Pilar. No sabe a ciencia cierta si la vía es pública o privada, porque la antigua finca de la Torre del Conde se vendió por trozos a sus arrendatarios, entre ellos su padre, que montó la granja. Pero lo que sí asegura es que por allí pasa "quien quiere, nunca ha estado cerrado".

Aun así, su mayor problema no es le mantenimiento del firme del camino, sino la falta de alumbrado y de agua. "Tenemos luz dentro de casa porque llegamos a un acuerdo con Eléctricas en su día y pagamos medio millón de las antiguas pesetas. Pero por la noche el camino está como la boca del lobo, el ayuntamiento no pone ni una farola".

Pilar también echa en falta las tuberías del agua y del vertido. Se abastece de un pozo y ahora que su marido y ella han entrado en años se les hace cuesta arriba la limpieza y el mantenimiento.

"Parece mentira que a estas altura estemos todavía así. Y no lo digo solo yo, que soy la que vivo. Cuando teníamos los animales, vino a la granja una veterinaria que se quedó asombrada. Le parecía que estábamos en el tercer mundo".

Pilar asegura que la granja, ahora vacía, y la casa "están legalizadas". Recuerda, además, que paga la contribución como todos sus vecinos, y, sin embargo, no consigue que les presten servicios que considera básicos.

Su hijo tampoco está conforme con el trato que les da la Administración. Ha intentado con papeleo que la situación cambie, pero se queja que las respuestas que le dan desde la Alcaldía de Movera no concretan nada.

"Parece que este barrio rural está abandonado, se siguen echando los vertidos al Ebro, y falta alumbrado, como en nuestro caso. Solo existe Movera --se lamenta Armando-- para hacer las expropiaciones del cuarto cinturón".