"Aunque ahora se está mucho mejor aquí, esto lo tendrían que haber puesto desde el principio". Así de clara se mostró ayer María Dolores Irache sobre una de las peceras metálicas climatizadas de la estación intermodal de Delicias. Desde finales del pasado verano hacen más llevadera la espera en este hinóspito búnker de hormigón.

El notable descenso de temperaturas que han registrado los termómetros esta semana hizo a los usuarios refugiarse en masa dentro de estas estancias. Son cinco los habitáculos acristalados (cuya capacidad y superficie son de casi 100 personas y 250 metros cuadrados respectivamente) los que dan a los viajeros calor en invierno y fresco en verano . "Aquí hace muy buena temperatura, pero fuera...", agregó María Dolores. Aunque cree que a la intermodal le faltan algunos arreglillos si se compara con las estaciones madrileñas o barcelonesas, reconoció que estas peceras "están de diez".

Estas salas climatizadas salvaron de una larga y fresca espera a Agustín Curiel y a su familia, cuyo tren se retrasó más de cuatro horas. No obstante, echó en falta un servicio de megafonía que avise en el interior de las estancias de los horarios, salidas y llegadas. "El panel de información es erróneo, porque no coincide con el de afuera. No nos fiamos", añadió este usuario de la estación a quien le "parece mentira" que en una región como Aragón no cuenten con el viento y el frío a la hora de construir la instalación.

En el paquete de obras se incluyó, además de las cinco salas climatizadas, cortinas de aire, cerramientos en el vestíbulo subterráneo, sellamiento de los orificios de los muros y otros equipos protectores y radiantes. El presupuesto invertido para ejecutar los trabajos superó los 2,1 millones de euros.

Aquellos que simplemente tengan que esperar a que llegue su convoy pueden disfrutar con comodidad del calorcito que hace en las peceras. Pero los que estén esperando su turno para recoger su billete lo tienen peor. "Cuando falta poco para que le toque a uno, hay que salir de la estancia para acercarse a la taquilla", explicó Engracia Lacarta, quien opinó que la intermodal por fuera es "muy bonita y moderna" pero que aún tiene "carencias". Para Pedro Lacámara, la única solución contra el frío podría estar en un suelo radiante. "Aunque sería una medida paliativa", añadió. "A veces conviene olvidarse de la estética y ser más lógicos a la hora de construir", remachó.