La gran mayoría de los aragoneses descongela los alimentos de forma inadecuada. Un informe del Observatorio Idea Sana de Eroski, publicado este mismo mes, advierte sobre la necesidad en Aragón de mejorar y corregir los hábitos de conservación de los alimentos frescos para preservar así su calidad y evitar riesgos innecesarios de intoxicación alimentaria. Y es que, según la encuesta realizada, los consumidores de la comunidad "no poseen los suficientes conocimientos sobre estas prácticas" cada vez más habituales.

Las dudas empiezan durante el propio proceso de descongelación. El 54% de las familias aragonesas tiene por costumbre descongelar los alimentos a temperatura ambiente, es decir, fuera del frigorífico, cuando lo recomendado por los expertos es que el proceso de descongelación sea en el propio frigorífico.

Además, la tendencia habitual es dejar los alimentos cocinados toda la noche a temperatura ambiente antes de colocarlos en el frigorífico para su conservación, cuando lo recomendable es que no superen las dos horas.

El Ministerio de Industria, Turismo y Comercio define como producto fresco aquel que "por sus características naturales conserva sus calidades aptas para la comercialización y el consumo durante un plazo inferior a 30 días, o que precisan condiciones de temperatura regulada de comercialización y transporte".

LAS TEMPERATURAS Sin embargo, el estudio detecta que sólo el 19% de las familias encuestadas sabe identificar la temperatura adecuada para conservar estos productos, fijada entre cero y cinco grados centígrados. Y el 15% ni siquiera respondió a la pregunta.

Este estudio del Observatorio Idea Sana de Eroski, realizado en colaboración con la Fundación Dieta Mediterránea, recuerda que en la actualidad existen diferentes técnicas de conservación de los alimentos. "En este nuevo estudio hemos querido detectar los nuevos hábitos relacionados con la conservación de los alimentos frescos que compramos o cocinamos, cómo descongelamos estos productos y cómo los conservamos después de cocinados. Así como ofrecer unas pautas sencillas de actuación", explican sus responsables.

Así, entre otros datos se asegura que el 44% de las familias aragonesas afirma utilizar bolsas térmicas para conservar los alimentos que requieren refrigeración o congelación durante el trayecto del establecimiento al hogar. Aunque el 17% de los encuestados niega tomar medidas especiales, lo que rompería la cadena de frío.

Una vez en el hogar, la tendencia es congelar los alimentos frescos. El 84% lo hacen de forma habitual, mientras que el 16% aseguran no congelar nunca los alimentos frescos que compran. Además, el 71% de las familias utiliza recipientes de plástico especiales para nevera.

LAS SOBRAS Cuando son alimentos que han sobrado y que están envasados en latas o recipientes de plástico, el 59% de las familias los conserva en un recipiente hermético. Pero el 9% lo mantiene en el mismo envase, opción que supone una mala conservación y el riesgo de aparición de microorganismo como los hongos, advierten.

Poco más de la mitad de los encuestados (56%) tiene el hábito de congelar los platos cocinados, frente al 44% que no lo hace nunca. Para Eroski, estos datos evidencian una tendencia positiva hacia la preparación de platos precocinados en casa.

El estudio concluye con la constatación de que el microondas es el electrodoméstico utilizado mayoritariamente, el 96% así lo hacen, para recalentar los platos ya cocinados. Destaca, sin embargo, que sólo el 3% de las familias encuestadas asegura que utiliza el microondas para descongelar.