Una buena fiesta para un gran Equipo

POR ADRIANA OLIVEROSSudando la camiseta volvió la lupa al terreno de juego tras sus vacaciones nupciales. Y es que ayer tocaba fiesta con nuestros compañeros Zeta del diario Equipo, que celebraron en el Auditorio de Zaragoza su entrega de premios anual. La Luis Galve se llenó de rostros conocidos desde el entrenador y el director deportivo del Zaragoza, Víctor Fernández y Miguel Pardeza, a los consejeros de Deporte y Medio Ambiente, Eva Almunia y Alfredo Boné, pasando por el empresario Alejandro Martínez, el consejero de Deportes, Manuel Blasco, ediles como Buesa y Gaspar, diputados... En el palco de honor no faltaron el director Editorial y de Comunicación de Zeta, Miguel Ángel Liso, el gerente del grupo en Aragón, José Andrés Nalda, el director de EL PERIÓDICO DE ARAGÓN, Jaime Armengol, y el anfitrión de la gala, Javier Lafuente, director de Equipo. Entre las primeras filas, los premiados, que vivieron su gran día con deportividad. Fueron parte de la fiesta y hasta cómplices del espectáculo que ofreció el mago Mario Cobretti (que logró hacer que Stjan Vatne, del CAI Balonmano, hiciera un olé torero usando como capote su chaqueta). Tras el aperitivo, el plato fuerte fue el de los galardones.Galardones que distinguieron a Manolo Villanova, exzaragocista y entrenador de la Sociedad Deportiva Huesca, por la trayectoria; al montañero Carlos Pauner, por hacer cima en el Broad Peak; a la CAI, por el apoyo al deporte; a la ciclista Maribel Moreno, como mejor deportista del 2007; a la Quebrantahuesos (en manos de su presidente, Álvaro Burrel), como evento deportivo; y a la Escuela de Waterpolo de Zaragoza por su Amor al deporte (tanto que sus jugadoras pusieron bote para comprar equipaciones).Diego Milito recogió dos galardones: al gol más bello (a pase de Aimar y contra el Madrid) y al mejor extranjero. Hubo dos premios especiales. Uno para el Real Zaragoza Club de Tenis (que ya es centenario), en manos de Enrique Cebrián. Y otro por el 75 aniversario del Zaragoza, que recogió su presidente, Eduardo Bandrés. Pero aún hubo que esperar a que la plantilla del CAI Balonmano inundara el escenario para entregar el premio al mejor equipo. La guinda fue el Trofeo Magnífico al atleta olímpico (y borjano de pro)