En 3.000 euros valoró ayer un perito judicial el cráneo atribuido el papa Luna --Benedicto XIII-- durante el juicio que se siguió ayer en el Juzgado de Menores número dos de Zaragoza contra uno de los autores de su robo cometido en el 2000, en el derruido palacio de Argillo, en Saviñán. El acusado, Óscar M., que hora tiene 25 años, era entonces menor de edad.

En la madrugada del 7 de abril, el procesado, en compañía de su hermano Santiago, que ya fue condenado a penas multa por estos hechos, aunque la sentencia está pendiente de recurso, sustrajeron el cráneo, que se recuperaría en septiembre de ese año, momento en el que fueron detenidos.

La tasación de la calavera está relacionada con la calificación penal de los hechos, delito o falta, pero el abogado de la defensa, José Antonio Ruiz Galbe, cuestionó los criterios de evaluación ya que no se conoce un mercado oficial de restos óseos que puedan servir de orientación. Además, el propio perito reconoció que, antes de que se identificara el cráneo como perteneciente al papa Luna, cuando fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la DGA, en el año actual, no tenía ningun valor económico.

La identificación de los restos también fue cuestionada durante la vista, aunque los médicos forenses manifestaron que existe una certeza casi absoluta sobre su autenticidad tras las últimas pruebas realizadas. No pudo hacerse la del ADN por no encontrarse descendientes directos ni indirectos del papa medieval.

La defensa se apoyó para solicitar la libre absolución de su cliente en que los hechos ya prescribieron un año después de los mismos, tal como establece la Ley del Menor. Las diligencias permanecieron durante más de cinco años en el Juzgado de La Almunia, que no era competente para su instrucción, y solo después de ese tiempo pasó a la Fiscalía de Menores.

Por su parte, el fiscal rebajó su petición inicial la imposición de 200 horas de trabajos sociales comunitarios a 100.