El Gobierno francés proyecta la puesta en marcha de dos autovías ferroviarias que unirán París con los extremos sudeste y sudoeste del Pirineo y cuyo objetivo será atenuar la densidad del tráfico pesado que soportan las carreteras y autopistas del país, en su mayor parte con origen o destino en España en su extremo sur. Es decir, que el Ejecutivo de Nicolas Sarkozy ha apostado por poner en marcha, en tres años y con una inversión de 800 millones de euros, dos corredores de transporte de mercancías que suponen un claro competidor para el proyecto de la Travesía Central del Pirineo, una infraestructura que horadaría la cordillera para habilitar una línea férrea sobre la que se trasladaría una parte del tráfico hispanofrancés de mercaderías.

No obstante, la travesía solo existe sobre el papel, y sin apenas concreción. De hecho, hasta finales de noviembre no se sabrá si la Comisión Europea la incluye en el listado de grandes corredores continentales. Eso supondría que habría dinero comunitario para diseñarla.

El nuevo planteamiento del Gobierno francés se inscribe en el llamado giro verde de Sarkozy, concretado en las conclusiones de la Conferencia Nacional sobre Ecología celebrada en Grenelle. Uno de los ejes de esos nuevos planteamientos consiste en afrontar un "cambio estratégico masivo" en materia de transportes, lo que incluye un frenazo en la construcción de autopistas y autovías y la apuesta por el ferrocarril para reducir los efectos contaminantes del tráfico pesado.

El Gobierno francés, según informaban ayer los medios digitales parisinos, también tiene previsto fomentar el trasvase de usuarios del vehículo privado al tren mediante el impulso de la alta velocidad --con la construcción 2.000 kilómetros de nuevas líneas hasta el 2020-- y del tranvía y las cercanías --en este caso con 1.500 nuevos kilómetros de trazado, principalmente en las inmediaciones de la capital--. Ambas iniciativas suponen una inversión de casi 90.000 millones de euros, de los que el Estado galo aportaría algo más de 20.000.

El Gobierno de Aragón, principal impulsor en España de la travesía central del Pirineo, considera, no obstante, que el giro verde de Sarkozy resulta favorable para el proyecto transpirenaico. De hecho, el presidente de la DGA, Marcelino Iglesias, y el de Midi-Pyrénées, Martin Malvy, mostraron ayer "una gran satisfacción por la adopción de esta nueva estrategia, ya que coincide plenamente con los intereses de llevar a cabo la construcción de una travesía central de los Pirineos de gran capacidad", según una nota del Gobierno aragonés. Iglesias y Malvy coincidieron en Toulouse en un congreso al que al final no asistió el ministro francés de Ecología, Jean Louis Borloo.

La nueva estrategia gala de infraestructuras y medio ambiente incluye dos autopistas marítimas destinadas a trasladar camiones en barco. Una enlazaría la costa atlántica francesa con la cantábrica española y otra las mediterráneas de ambos países.