Un policía de Zaragoza resultó ayer herido de bala mientras investigaba una muerte registrada en el Coso. El agente inspeccionaba la pistola de la víctima cuando esta se disparó accidentalmente y el proyectil le impactó en el pie derecho.

Los hechos ocurrieron alrededor de las diez de la mañana, cuando un abogado se incorporaba a trabajar en su bufete y encontró gravemente herido en su despacho al procurador de tribunales Alfredo G. G., de 46 años, quien presentaba dos impactos de bala en el pecho, según fuentes policiales, aunque en otros medios se informó de que tenía una herida en la base derecha del cuello.

El afectado fue evacuado inmediatamente por una ambulancia que le trasladó al hospital Miguel Servet, donde falleció a las 13.00 horas, pese a que fue sometido a una operación quirúrgica para intentar salvarle la vida.

El despacho de la víctima fue inspeccionado por efectivos de la Policía Científica y el Grupo de Homicidios. Los agentes encontraron en el lugar una pistola del calibre 22, correspondiente a un modelo muy sensible que suele ser utilizada en el tiro olímpico.

En el momento de revisarla, el arma se disparó de forma imprevista y provocó una herida con una fuerte hemorragia en el pie del agente, que también fue trasladado al hospital Miguel Servet, donde fue intervenido quirúrgicamente por la tarde para extraerle el proyectil. Fuentes policiales señalaron que su estado "es satisfactorio y su vida no corre ningún peligro".

En relación con la muerte del procurador, se desconocen las circunstancias que concurrieron en el suceso, e incluso se ignora la hora en la que se produjo el mismo.

Fuentes vecinales señalaron a este periódico que no habían escuchado ningún tiro --tampoco oyeron el que hirió al policía-- y que habían advertido que ocurría "algo grave" cuando llegaron los camilleros, poco antes de que lo hicieran los agentes.

Una vecina añadió que, además de la llegada de camilleros y policías, "la única señal de que se había producido un suceso era el reguero de sangre que había junto a la puerta" del inmueble.

Estas mismas fuentes explicaron que el fallecido era, habitualmente, el primer profesional que llegaba a trabajar al despacho, poco después de las ocho de la mañana. También comentaron que no era extraño que se quedara a dormir allí en algunas ocasiones.

Al parecer, el impacto de bala la herida --o impactos-- que presentaba la víctima había provocado una leve hemorragia, al contrario de lo que ocurrió con el accidente sufrido por el agente. Con los datos que manejan los investigadores no se puede precisar la hora en que ocurrieron los hechos.

CONMOCIÓN El suceso provocó una honda conmoción en los juzgados de Zaragoza cuando se difundió la noticia, ya que la víctima era muy conocida en medios jurídicos, donde estaba conceptuada como un profesional muy cualificado y competente, y una excelente persona".

"Ejercía como procurador de los tribunales desde 1986, aunque últimamente venía menos a los juzgados, ya que había diversificado sus actividades y también había actuado de recaudador de zona de la Diputación Provincial de Zaragoza. Era un hombre amable y se comentó que había pasado por una etapa de depresiones, aunque desconozco los motivos que la originaron. Deja mujer e hijas", señaló uno de sus compañeros.