Las obras de urbanización del Balcón de San Lázaro obligarán a cortar el paso de peatones por el puente de Piedra durante, al menos, seis meses. Esto podría en un plazo de breve de tiempo si se mantiene intacto el proyecto inicial de construir un túnel bajo la gran plaza pública diseñada entre el puente y las calles Sobrarbe y avenida Cataluña. Es decir, si la Dirección General de Patrimonio del Gobierno de Aragón estima que los restos arqueológicos hallados en la última excavación no son relevantes y da luz verde a la reanudación de los trabajos.

El Área de Infraestructuras del Ayuntamiento de Zaragoza trabaja ya con la previsión de que la construcción del túnel pueda llevarse a cabo, de manera que sería necesario cerrar completamente el puente de Piedra. Para evitar que los ciudadanos del Rabal queden aislados del resto de la ciudad por el corte de su vía de comunicación más rápida y directa, el departamento baraja dos posibles soluciones.

"Lo más efectivo sería doblar el número de autobuses urbanos a través de los dos puentes más próximos (el de Hierro y el de Santiago), aunque para mantener el flujo peatonal se ha planteado también encargar a la Unidad de Pontoneros del Ejército la construcción de una pasarela desde Macanaz hasta el Náutico", explicó el teniente de alcalde de Infraestructuras, Antonio Becerril.

Respecto al tiempo que permanecería cerrado el puente medieval, el socialista apuntó que dependerá de lo que se tarde en ejecutar esa fase de la obra. "Cinco o seis meses, como mínimo, porque hay que tener en cuenta que al tratarse de un conjunto protegido de valor histórico, no se puede meter la pala excavadora de cualquier manera. Hay que ir despacio y con cuidado al manipular la tierra", añadió Becerril.

El teniente de alcalde indicó que las obras van avanzando y que la empresa adjudicataria trabaja con la previsión de poder abrir el tramo próximo a la calle Sobrarbe en Navidad, para minimizar las molestias a los residentes en la zona. De momento, se desconoce si el proyecto de la plaza podrá incluir el túnel subterráneo, que era uno de los ejes principales del diseño. Las catas arqueológicas dieron positivo y el consistorio tendrá que excavar ahora para sacar a la luz los restos y ver si tienen el interés suficiente como para impedir la creación del túnel.