Hace casi un año y medio, el Gobierno aragonés, presidido por Marcelino Iglesias, suspendió la participación de Aragón en la Eurorregión Pirineos Mediterráneo. El conflicto con Cataluña por los bienes de las parroquias de la Franja Oriental que retiene la Diócesis de Lérida se había enconado hasta tal punto que el Ejecutivo quiso reflejar su malestar con este abandono temporal. La situación no ha cambiado en todos estos meses, a pesar de las peticiones informales que han llegado desde distintas regiones de este órgano. La DGA mantendrá su postura hasta que se resuelva la polémica por el arte sacro.

La Eurorregión fue una iniciativa catalana, auspiciada por Pasqual Maragall, que pretendía agrupar en una organización de trabajo e intercambio de proyectos a los territorios de la antigua Corona de Aragón: Cataluña, Aragón, Valencia, Baleares y las regiones francesas de Midi-Pyrénées y Languedoc-Roussillon. Desde el principio, la Comunidad Valenciana, gobernada por el PP, no quiso figurar en una fotografía protagonizada casi en su totalidad por dirigentes socialistas, excepción hecha de Jaume Matas, presidente balear por la formación conservadora. El resto entró a formar parte de la propuesta y ha mantenido reuniones periódicas.

En mayo del 2006, la DGA tomó una decisión drástica: abandonar temporalmente la Eurorregión. Respondía esta medida al cabreo surgido en Aragón después de que el Parlamento catalán aprobara por unanimidad una iniciativa de rechazo a la devolución de los bienes que retiene el obispado de Lérida, a pesar de las sentencias vaticanas que obligan a retornarlos.

El equipo de Iglesias quiso así castigar a Cataluña, promotor de la Eurorregión, y consideró que una relación bilateral tan dañada por ese conflicto no podía obviarse en otro órgano de trabajo en el que estaban ambas comunidades.

Ya entonces, el presidente de Midi-Pyrénées, Martin Malvy, también presidente de turno de la Eurorregión, lamentó que "un contencioso bilateral" afectara "al conjunto de la Eurorregión", y confió en que la ausencia fuera "de muy corta duración". Señaló que el órgano mantendría "inalterado su calendario y su programa de trabajo".

Y así ha sido. Los encuentros sectoriales han continuado. El próximo 3 de diciembre hay un congreso en el que se producirán relevos y Baleares, ahora con un socialista al frente, Francesc Antich, asumirá la presidencia de turno.

Aragón no tiene intención alguna de regresar. Así lo garantizan fuentes próximas a la Presidencia del Gobierno, que afirman: "No va a haber ninguna modificación hasta que los bienes regresen a Aragón". Las mismas fuentes explicaron que Iglesias ha recibido peticiones informales de dirigentes de Cataluña, Baleares o Midi-Pyrénées para que la comunidad vuelva a ser parte activa en la Eurorregión. Los presidentes de esas regiones han aprovechado encuentros en Bruselas o Toulouse para preguntarle al socialista aragonés si se puede reconducir la situación.

En todos los casos, la respuesta ha sido la misma: no hay posibilidad. Técnicos de la Eurorregión en Baleares destacaron el interés por que vuelva Aragón. "Es un proyecto común que interesa a todos", aseguraron desde Palma de Mallorca. "El interés de Cataluña y de todos es que Aragón se incorpore. Su acción está suspendida, pero no se considera que se hayan salido", explicaron desde Barcelona.

Lo cierto es que sin Aragón, la Eurorregión pierde gran parte de su sentido, porque nació con la intención de aunar los territorios de la Antigua Corona, pero sin la comunidad aragonesa el papel que juega la región francesa de Midi-Pyrénées es, cuando menos, extraño.

La decisión de Iglesias fue cuestionada hace un año y medio por CHA e IU. "Era un gesto de cara a la galería de Iglesias, porque irse de la Eurorregión por el conflicto de los bienes era relacionar cosas que no tenían nada que ver", apunta Chesús Bernal, portavoz de Chunta.

Lo cierto es que la polémica por el arte sacro, en estos últimos días, ha empeorado. Porque se trasladan piezas al nuevo Museo Diocesano de Lérida, un gesto que la consejera aragonesa de Educación y Cultura, Eva Almunia, ha calificado de "provocación". El PP ha presentado una iniciativa en las Cortes de Aragón planteando que se rechace la postura de la Generalitat por permitir este traslado.