"Durante las pasadas Navidades trabajé Nochevieja y Año Nuevo. Hice 48 horas seguidas y aún querían que siguiese trabajando el día 2, pero me negué". Así resume su situación Belén Clemente, médico de refuerzo del centro de salud de Sariñena. Esta facultativa lleva ocho años ejerciendo como médico de refuerzo, primero en Fraga y ahora en la capital de los Monegros.

"El problema es la organización. Si tengo una sustitución una mañana tengo que ver cómo me apaño y llevo a mis hijas al colegio", relata. De hecho, recuerda que cuando eran pequeñas tenía que recurrir a su madre porque contratar a una persona se llevaba su sueldo. "Haciendo solo las guardias cobro de 1.000 a 1.200 euros al mes, lo mismo que tenía que pagar a una cuidadora".

Belén reconoce que sustituir a un médico de plantilla es voluntario, pero asegura que el sistema juega con que esto es lo que realmente está bien pagado y lo que les ayuda a engrosar su sueldo. Además, una de sus principales quejas es no poder tener vacaciones en los periodos normales (Navidad, verano o Semana Santa). "No puedo estar con mi familia. A quién le dices que se coja las vacaciones en noviembre, por ejemplo", indica.

El sistema que emplean en su centro de salud es hacer 48 horas durante un fin de semana, trabajar 24 el siguiente para luego poder descansar uno. "Los podríamos espaciar pero eso significaría no tener ni uno solo libre", relata. Sin embargo, las implicaciones de estas jornadas maratonianas son muchas. "Cuando te tocan dos días seguidos el lunes estoy fatal. Intento rechazarlos, pero si tienes una sustitución no puedes hacerlo".

Sus quejas también pasan por la cicatería del Salud en algunos aspectos, como las comidas. "Si hago una guardia de cinco a cinco de la tarde la primera comida la pago yo, la cena está subvencionada, pero el desayuno no. Nos traemos aquí la leche y tenemos nuestra pequeña infraestructura", reivindica.

Pepa Maorad, una enfermera del centro de salud Huesca Urbano, tiene muy claro cuál la concepción que se tiene de su trabajo: "Somos los jornaleros del sistema sanitario. Tenemos la obligación de hacerlo porque tenemos que llegar a fin de mes y, en consecuencia, no tenemos vida propia".

Esta sanitaria asegura que hace 2.500 horas al año de media. "Este año llevo ya seis meses y medio de sustituciones y 1.200 horas de guardia. No puedes hacer planes, ni cogerte un puente ni nada", relata. "No tengo derecho a vacaciones, cuando mis hijas lo están yo estoy trabajando. Muchos titulares con comprensivos, pero otros se creen con derecho a pernada", añade.

A su juicio, uno de los principales problemas del colectivo es que hasta ahora no se habían unido. "Estamos prostituyendo la profesión con estas condiciones laborales", concluye.

Fina Mateos es médico y trabaja en el mismo centro de salud. "Trabajamos muchísimas horas y tenemos mucha responsabilidad, porque trabajamos con personas", asegura esta facultativa, que ya ve como habitual trabajar 48 horas seguidas. "Queremos una jornada laboral definida", apunta.

Uno de los problemas de fondo, explica, es el compromiso no escrito de aceptar las sustituciones: "Nadie te pone una pistola para que lo hagas, pero te sientes obligada porque llevas muchos años haciéndolo y los compañeros cuentan contigo".

Son muchos los médicos en esta situación. Es el caso de P. B., profesional de un centro de Zaragoza capital, que prefiere no desvelar más datos personales por miedo a las represalias. "Nos dieron de alta en la seguridad social pero nos pagan por horas. Además, no nos suben el sueldo como al resto", indica.

Además, asegura que su salario depende del coordinador de turno, que le puede ofrecer más o menos sustituciones en función de criterios subjetivos. "No todos tenemos el mismo sueldo, pero son salarios bajísimos".