El raquitismo, una enfermedad que se consideraba en España totalmente erradicada, está resurgiendo en niños y lactantes. Si en los últimos años, diversos estudios de endocrinología pediátrica advertían del repunte de casos, ligados principalmente a la presencia de población inmigrante en las grandes ciudades, el diagnóstico de este trastorno es ya una realidad en Aragón. Así lo confirman varios especialistas pediátricos, que advierten de la presencia de esta patología y de las consecuencias que puede originar en su calidad de vida.

"Los casos que estamos viendo no solo en niños sino también en adolescentes nos indican a los especialistas que debemos estar en alerta, porque el raquitismo carencial por vitamina D no solo repercute en el proceso de calcificación de los huesos, sino en otro tipo de procesos importantes para el desarrollo del ser humano. Y me refiero sobre todo a los procesos de inmunidad celular, al desarrollo de las células y por tanto a su relación con la aparición o no de tumores y, sobre todo, en la evolución de la masa ósea, desencadenando osteoporosis graves en la vida adulta", aseguró César Loris, jefe de sección de Nefrología Pediátrica del hospital Infantil de Zaragoza, y presidente del comité aragonés de investigación clínica.

El raquitismo es un trastorno causado principalmente por la falta de vitamina D, calcio o fósforo que lleva a un reblandecimiento y debilitamiento de los huesos. Cuando el cuerpo carece de esta vitamina, no puede controlar los niveles de estos minerales en sangre por lo que disminuyen y el organismo se ve obligado a producir otras hormonas corporales para estimular la liberación de calcio y fósforo de los huesos, por lo que se vuelven débiles y blandos.

"Lo cierto es que creíamos que estaba erradicado y la realidad nos demuestra que no, que vuelve a aparecer. Generalmente, la vitamina D puede ser absorbida de los alimentos o puede ser producida por la piel cuando ésta se expone a la luz solar. Entonces ¿qué está ocurriendo? Que hay población inmigrante, que proceden de países con mucho sol, y que se desplazan a vivir a países desarrollados, en climas con poca exposición a la luz solar, como algunos estados de EEUU, Holanda o Bélgica, y que buena parte de su vida la pasan en interiores, sin salir al aire libre, y con carencia también de ingesta de esta vitamina D", dijo.

Por su parte, el jefe de Pediatría del hospital Infantil, el doctor Ángel Ferrández Longás, indicó que su hospital diagnostica cada año alrededor de ocho casos ligados a población inmigrante. "En realidad se trata de un porcentaje mínimo frente a los 4.000 nacimientos que registra el centro y a las miles de consultas de los servicios de urgencias y de las consultas de especialidades, pero es para estar alerta porque era un trastorno erradicado", apuntó.

Ferrández Longás recordó que esta patología fue típica en España durante las décadas de los años 60 y 70, pero luego desapareció por la introducción sistemática de la vitamina D3 desde el primer mes de vida del lactante hasta que cumpla el primer año. "Esta situación está provocada por que llega población inmigrante cuando ya se ha pasado la época de lactancia, y esos niños no han recibido la vitamina".