El recinto de la Expo superó con relativa normalidad la cresta de la crecida del Ebro, que llegó ayer por la tarde. La avenida alcanzó los 1.567 metros cúbicos por segundo a las seis de la tarde, un registro todavía inferior a las previsiones más pesimistas y que no causó mayores afecciones que las que ya se dieron los días precedentes, sobre todo en el anfiteatro. Es la zona de mayor afección, ya que una lámina de agua cubre el foso --y lo seguirá haciendo las próximas 36 horas-- manteniendo a salvo el escenario, los equipos eléctricos y el graderío, donde ayer los trabajadores seguían colocando el entarimado de madera.

La mayor preocupación se centra ahora en los días de retorno que empleará el Ebro en situar el índice por debajo de los 400 metros cúbicos por segundo, un indicador que mantiene en suspense la puesta en marcha de la navegación y, sobre todo, el estreno del espectáculo Iceberg en la ceremonia inaugural de la muestra, una representación casi descartada tanto por Expoagua como por el Ayuntamiento de Zaragoza. "Ahora mismo prefiero instalarme en el pesimismo, ya que la última serie tardó diez días", declaró ayer el alcalde, Juan Alberto Belloch.

El director general de Operaciones y Contenidos, Jerónimo Blasco, avanzó que "se ha cerrado un plan alternativo para Iceberg en dos modalidades: una de más duración que la otra", en función de si se puede representar o no el espectáculo de Focus. Se presentará el próximo lunes en la Comisión Ejecutiva, pero afirmó que "lo normal es que Iceberg no esté para el día 13". Y es que rehacer el montaje del escenario, rellenando los agujeros que se han abierto en las chapas de acero para evitar daños en la estructura, costará "como mínimo tres o cuatro días". A este plazo hay que añadir los días que Focus necesitará para hacer las pruebas técnicas de iluminación, sonido y regulación de la velocidad del sistema hidráulico. Prácticamente imposible si a los 400 metros cúbicos no se llega antes del fin de semana.

No en vano, Blasco señaló que la protección de escollera ha impedido mayores afecciones y "la estructura está perfecta". Esta ha sido la nota generalizada en todas las zonas donde se reforzó la ribera. En el frente fluvial (sumergido salvo los dos primeros escalones) y en el Faro, el agua se quedó a poco más de medio metro de alcanzar la barrera de sacos terreros. Mientras, en Inspiraciones Acuáticas, la contención fue eficaz aunque las pocas filtraciones en sus proximidades hacen prever que el daño hubiera sido inevitable de alcanzar los 2.000 metros cúbicos.