El cierre del cuarto cinturón (Z-40) y la finalización de la ronda Este ya han comenzado a dar sus frutos en la circulación del área metropolitana de Zaragoza. Desde el pasado cinco de junio, miles de personas en coche, furgoneta o camión han comenzado a usar esta vía que permite rodear la capital aragonesa y dirigirse a cualquiera de los cuatro ejes carreteros de la provincia: la N-232 así como la A-68 en dirección Logroño. La N-232, hacia Castellón, la N-II con destino Madrid o Barcelona y el eje Norte - Sur constituido por la A-23, la autovía mudéjar.

Pese a que todavía no existen cifras oficiales facilitadas por el Ministerio de Fomento sobre el nivel de afluencia de circulación en la Z-40 y que la huelga de transportes ha "alterado" la percepción de la única estación de aforo que existe en la vía, el uso masivo y entusiasta del cinturón es un hecho.

El cierre de la obra permite a una gran cantidad de tráfico, sobre todo pesado, rodear la ciudad y no tener que entrar a Zaragoza a través de la ronda Hispanidad. Por otra parte, los cientos de conductores que se dirigen a los polígonos de Malpica, Cogullada, Santa Isabel, Montaña y San Juan de Mozarrifar evitan en cierta medida los problemas de tráfico que acarrea la ronda Norte por las obras de ampliación de la vía.

"Se nota fluidez y que se circula con tranquilidad. No hay problemas graves, ni atascos y eso se agradece a la hora de ir o volver del trabajo", explicó un trabajador del transporte, el cual, por motivos de la huelga de camioneros prefirió no dar su nombre por motivos de seguridad.

El proyecto, que comenzó a gestarse hace siete años y que ha costado más de 240 millones, supone casi 18 kilómetros nuevos de via y ha tenido que esquivar dos accidentes naturales: los ríos Ebro y Gállego, el trazado del AVE y las vías que entran y salen de la ciudad. En total, Fomento ha tenido que construir 30 estructuras entre viaductos pasos superiores e inferiores.

A pesar de que la inauguración se llevó a cabo hace casi dos semanas, los técnicos de Matinsa, una de las constructoras, continuaban trabajando en los alrededores del trazado, sobre todo en la adecuación de las arquetas para el tendido eléctrico. En estos momentos, la única zona que registra presencia de excavadoras y en consecuencia regulación del tráfico es la ronda norte en dirección a la intersección con la N-232, en dirección Castellón / Alcañiz. Las obras del desvío a la N-125, la carretera del aeropuerto, obligan a reducir durante unos cientos de metros la velocidad hasta los 80 kilómetros por hora.

Aun así, la puesta en marcha del cuarto cinturón ya tiene intenciones de convertirse en otro aliciente para la pujante plataforma logística Pla-za y la mejora de las comunicaciones con el eje transpirenaico. "Ahora un camión cargado de fruta procedente desde Alicante puede dirigirse hasta la frontera de Francia a través del Somport y el 80% del trazado es autovía. Una buena noticia para las personas que se dedican a este sector", indicó el transportista. Para muchos aragoneses, la travesía central es el próximo objetivo a conseguir: "Es necesario para mejorar la circulación", añadió.