El actual administrador apostólico de Lérida, Xavier Salinas, insinuó a sus fieles el pasado domingo que pronto dejará su puesto, con lo que la diócesis de la ciudad catalana volvería a tener obispo tras la renuncia por enfermedad, hace más de un año, de Francesc Xavier Ciuraneta. El nombre del obispo de Menorca, Joan Piris, es el que suena con más fuerza para ocupar el obispado de Lérida.

Según fuentes eclesiásticas, se habría producido el relevo una vez se hubiera concluido el litigio que mantiene la diócesis catalana con la vecina de Barbastro-Monzón por las 113 piezas de arte sacro que deben volver a la diócesis aragonesa por mandato vaticano y que ha encontrado el obstáculo de la comunidad religiosa leridana y sus autoridades políticas.

El pasado domingo, fue Salinas quien anunció que su salida de Lérida "no está demasiado lejos". De hecho, incluso insinuó que el acto religioso del domingo podía ser uno de los últimos que hacía en la capital del Segriá. La dificultad de compaginar su labor pastoral en Tortosa (que es su sede episcopal) con el trabajo en la administración apostólica de Lérida es uno de los motivos de que se acorte el plazo de su relevo. Asimismo, también influiría la escasa fluidez que ha mantenido en la relación con ciertos sectores de la sociedad leridana, que lo han acusado reiteradamente de "tibio" en su postura ante el pleito de los bienes.