La Guardia Civil sospecha que el asesinato de Pilar Blasco, la empresaria de Sabiñánigo cuyo cadáver maniatado fue hallado el sábado en un canal cercano a Lasieso, fue cometido por más de una persona. Las investigaciones, desarrolladas por la Policía Judicial de Jaca y la Unidad Central Operativa (UCO) del cuerpo, se centran en esclarecer este extremo y tratar de identificar a los todos los implicados del crimen.

La autopsia ha revelado que Pilar Blasco fue sometida a una elevada dosis de violencia antes de ser arrojada al canal en el que fue encontrada. Por ese motivo, entre otros, los responsables de la investigación sospechan que la comisión del crimen --o cuando menos el rapto que le precedió-- habría requerido la participación de más de una persona.

Mientras, Francisco Javier Puyó Giménez, el vecino de Sabiñánigo de 48 años arrestado el lunes por su presunta relación con la muerte de la empresaria, continuaba ayer detenido mientras los especialistas en inspecciones de la Guardia Civil revisaban dos vehículos de su propiedad en busca de pruebas. Los agentes, que ayer interrogaron a varias personas de los entornos de la víctima y del sospechoso, también inspeccionaron varios locales y espacios de la capital del Alto Gállego, a algunos de los cuales fue trasladado Puyó.

En principio, el detenido será puesto hoy a disposición del juzgado de guardia de Jaca, aunque la Guardia Civil podría prolongar su arresto hasta el jueves a mediodía. Puyó, que pasó varios años encarcelado en los años 90 --saldó sus cuentas con la justicia en el 2002--, ha sido detenido por agentes del instituto armado al menos en otras dos ocasiones en el último año y medio. En el 2007, por su presunta relación con una estafa; este mismo año, acusado de una falta de lesiones.

Puyó se dedicaba a la construcción y mantenía relaciones comerciales con la empresa de la víctima --Materiales de Construcción y Saneamiento Alto Aragón--, a la que compraba material y con la que, al parecer, había contraído algunas deudas. Su situación económica, según varias fuentes, no era precisamente boyante. De hecho, en el último año y medio Hacienda y la Seguridad Social le había enviado requerimientos de pago y de ejecución por valor de más de 12.000 euros.

Pilar Blasco fue vista con vida por última vez el martes de la semana pasada cuando, por la tarde, salió de su casa para dirigirse a su trabajo en la oficina de su empresa, situada en la misma calle en la que tiene su domicilio el único detenido.