El servicio de alquiler público de bicicletas ha alcanzado ya los 10.000 abonados en Zaragoza. En menos de un mes, Clear Channel ha comercializado las primeras 10.000 tarjetas a un precio de seis euros. A partir de ahora, los futuros clientes de este nuevo medio de transporte público solo tienen dos opciones: o inscribirse en una lista de espera para lograr un abono anual por 20 euros cuando termine la Expo 2008 o, mientras tanto, adquirir bonos válidos para tres días a un precio de 5 euros. También los bonos de tres días están limitados a un máximo de 450.

La concesionaria Clear Channel solo tiene permiso del Ayuntamiento de Zaragoza para comercializar estos 10.000 abonos. El área de Servicios Públicos no quiere una avalancha de bicicletas por la ciudad y prefiere que la adaptación a este nuevo sistema de transporte público se haga poco a poco.

En estas tres semanas de experiencia, los recorridos se limitan fundamentalmente al entorno de las riberas del Ebro, ya que la empresa solo ha podido colocar estaciones para dejar y coger bicicletas en las dos orillas del Ebro, plaza España y paseo Constitución. Las paradas anunciadas y previstas en la estación de Cercanías del Portillo y en la intermodal de Delicias para esta primera fase del Bizi todavía no están operativas.

Fuentes de Clear Channel mostraron su "satisfacción" por la buena respuesta que el servicio ha tenido entre los zaragozanos que han efectuado una media de 11.535 usos de las 300 bicicletas diariamnte. Sin embargo, algunos usuarios se quejan de las limitaciones impuestas por el Ayuntamiento de Zaragoza. "Solo se puede hacer un uso lúdico y no como transporte", explicó Ismael Salós, un joven abonado del Actur que inicialmente pensó que podría utilizar el Bizi para moverse por la ciudad.

"Ni siquiera puedes llegar a la plaza San Francisco o a la biblioteca de Doctor Cerrada, no es operativo", aseguró Laura Cristóbal, otra abonada que reside en La Almozara y que reconoce que hace uso del Bizi tan solo los fines de semana. "Es una pena que estén tan mal aprovechado", declaró Juan Ortega, un jubilado que se abonó durante la primera semana "para poder ir a ver a la nieta a Delicias todos los días" y que se ha quedado "con las ganas" porque el estacionamiento trasero de la estación todavía no está operativo. "Los del ayuntamiento deberían tomar buena nota", dijo Ortega.