Las comunidades autónomas españolas contarán con un registro de familias que permita la donación cruzada de riñón, un sistema que podrá resolver casos muy excepcionales, en los que no llega el órgano esperado de cadáver, pero tampoco es posible un trasplante renal de donante vivo. Son casos extremos en que los que no existe compatibilidad de grupo sanguíneo entre el enfermo y sus familiares dispuestos a la donación, pero sin duda supondrá una solución extraordinaria para el paciente.

La decisión de crear estos registros regionales, que a su vez formarán parte de una base de datos nacional, fue adoptada ayer en Zaragoza dentro de la Comisión Permanente del Consejo Interterritorial de Trasplantes, que ha coincidido con la celebración de la reunión nacional de coordinadores de trasplantes.

La fórmula es muy sencilla, tal como explicó ayer el coordinador autonómico de trasplantes de Aragón, el doctor José Ignacio Sánchez Miret. "Las previsiones nos indican que será un sistema muy excepcional, pero podrá servir para casos de incompatibilidades dentro de las familias. La solución puede venir de otra pareja donante-receptor, y con una donación cruzada: el donante de una pareja entrega su riñón al receptor de otra que sea compatible y viceversa", explicó. Aún así, el experto aragonés aseguró que el objetivo principal de la ONT es mantener el actual sistema de trasplante renal, con órgano de cadáver, y duplicar la aplicación de la técnica de donante vivo, que en estos momentos es del 5%. La iniciativa de la ONT permitirá duplicar los trasplantes de riñón de donante en vivo, pasando de los 137 del pasado año a entre 250 ó 300 anuales. Solo en Aragón se han realizado ya tres desde que se realizó el primero en diciembre y otros dos este mismo mes de junio, en el hospital Miguel Servet de Zaragoza.

CAMBIO EN EL SISTEMA "Con el método tradicional las necesidades en España están muy bien cubiertas, pero con la donación de vivo podremos beneficiar a los enfermos con insuficiencia renal, principalmente a jóvenes y niños e incluso antes de que entren en diálisis, y por tanto, evitar también los efectos secundarios de este tratamiento", señaló.

Los factores sociales han determinado potenciar la donación renal de donante vivo, debido sobre todo al aumento del envejecimiento de la población y al descenso de los accidentes de tráfico. De hecho, recordó que en el año 1992, el 42% de las donaciones de riñón procedía de siniestros en la carretera mientras que este año el porcentaje se ha reducido a un 7%. "Esto explica el hecho de que la edad de los donantes en muerte encefálica aumente de año en año", puntualizó. Y añadió: "La media de edad de los donantes es de 58 años, mientras que el 60% supera ya los 60 años".