No podemos esperar demasiado. Es necesaria una respuesta urgente ante el cambio climático". Fue la contundente afirmación que hizo ayer en Zaragoza Jonathan Parker, alto cargo de la Dirección General de Medio Ambiente de la Unión Europea, quien dio a conocer las líneas principales del Libro verde de adaptación a este fenómeno y anticipó algunos ejes del Libro blanco, aún por terminar. Parker apostó por "involucrar" a los ciudadanos en los proyectos para mitigar los efectos del cambio climático.

El representante comunitario, de la Unidad de Evaluación Ambiental Estratégica de la citada Dirección General, participó en la última sesión de la VIII Conferencia de Regiones de Europa sobre Medio Ambiente, organizada en Zaragoza por el Gobierno aragonés y cuyas conclusiones servirán de eje de trabajo para las regiones europeas durante los próximos dos años.

Parker tomó parte en una mesa redonda en la que ministros regionales de varios países intercambiaron experiencias. El representante de Bruselas reconoció que todavía no ha habido "muchas acciones comunitarias para la mitigación" de los efectos del cambio climático, y abogó por invertir en esa lucha, porque todos los esfuerzos paliativos que se lleven a cabo ahora supondrán menos exigencias de adaptación en el futuro.

El Libro verde, destacó, pretende asegurar una acción "rápida", mejorar las actuaciones de adaptación al cambio climático y reducir --mediante la investigación-- la incertidumbre sobre lo que puede pasar en el futuro. También reconoce "la función básica de las regiones de Europa y de los entes locales".

De las consultas realizadas a los agentes implicados se extraen múltiples conclusiones, como la consideración de que las áreas más vulnerables ante este fenómeno son las de la salud, el agua, la biodiversidad, el turismo y la agricultura. Y el ya citado convencimiento de que es necesaria una respuesta urgente.

GESTIÓN DE LA SEQUÍA En la sesión también intervino el director general de Políticas Ambientales y Sostenibilidad de la Generalitat de Cataluña, Frederic Ximeno, que sustituyó al consejero catalán de Medio Ambiente, Françesc Baltasar, cuya intervención estaba prevista, pero que finalmente no asistió.

Esta intervención era especialmente llamativa en Aragón por la reciente polémica surgida tras el proyecto de trasvase del Ebro a Barcelona, hoy derogado porque las intensas lluvias de primavera llenaron los embalses de esa comunidad. Pero Ximeno no hizo alusión alguna a esta iniciativa catalana para solventar sus déficits de agua cuando explicó cómo gestiona la sequía esa comunidad.

Al finalizar la jornada, las regiones participantes (55 de 16 países de la UE) firmaron el Plan de Acción de Aragón, que marcará las políticas a seguir en esta materia durante los dos próximos años. Ampliar el papel, la presencia y la importancia del trabajo que realizan los entes regionales es una de las apuestas de dicho documento, que habla también de reforzar la cooperación e impulsar el desarrollo sostenible y la gestión eficiente.

SATISFACCIÓN Por su parte, el consejero de Medio Ambiente del Gobierno aragonés, Alfredo Boné, reivindicó también el papel creciente de las entidades regionales en la clausura de la conferencia. Boné, copresidente de Encore, presidió el cierre de la cita junto con el copresidente saliente, su homólogo en la región sueca de Jamtland, Robert Uitto, y el copresidente entrante, el ministro regional de la región polaca de Warmia Masuriam, Jaroslw Sloma.

El consejero aragonés calificó las jornadas de "gran éxito", ya que se ha conseguido reunir a los responsables medioambientales de los Gobiernos regionales de 50 territorios europeos. Y el copresidente, Robert Uitto, señaló la importancia de ir haciendo seguimiento de las actuaciones realizadas durante los dos años y de plasmar objetivos con la función de realizar una evaluación, como "ejercicio de transparencia y de efectividad".