Las inhabituales condiciones climatológicas de los dos últimos meses han favorecido la elevada presencia de mosquitos, que este año se localizan a cientos y por todas partes. Las suaves temperaturas del invierno, las lluvias tardanas caídas desde abril, las crecidas de los ríos y la llegada, de golpe, del calor han servido de caldo de cultivo para la proliferación de este tipo de focos. Además, los mosquitos están apareciendo este año en lugares hasta ahora impensables, por lo que han roto sus hábitos tradicionales. Se ven en horas de máximo calor. Y la mayoría son del género aedes, capaces de atravesar la ropa con su aguijón.

"Los ciclos vitales se han vuelto muy rápidos, de manera que cada siete u ocho días nace una nueva generación de mosquitos. Y debido al clima y las lluvias, tienen muchos más sitios donde criar, la mayoría zonas de aguas estancadas sin ningún tipo de depredadores. Además, esa competencia entre ellos por llegar antes a chupar sangre les hace ser más agresivos, por lo que la picadura es más dolorosa", explica el experto Javier Lucientes, profesor de Patología Animal de la Universidad de Zaragoza.

TRATAMIENTO COMPLICADO Por todo esto, si hasta ahora era, fundamentalmente, en las riberas de los ríos donde más presencia de mosquitos se detectaba, este verano están apareciendo incluso en zonas de secano. "Los tratamientos preventivos están siendo este año más complicados debido fundamentalmente a la climatología. Porque el mosquito está saliendo todo de golpe", admite Mario Frauca, consejero de Medio Ambiente de la comarca de Los Monegros.

Esta comarca es la punta de lanza en Aragón en cuanto a actuaciones de estudio, control y prevención de este tipo de plagas, a través de la empresa Monegros Servicios Medioambientales. Su trabajo se centra en identificar dónde hay fondos de cría, analizarlos para ver de qué especies se trata y, en función de los resultados, aplicar el tratamiento.

Los siete equipos que trabajan en esta empresa comenzaron ya a mediados del pasado mes de abril a estudiar la situación en los municipios de la comarca adheridos al proyecto. Aunque también han acudido a la llamada de varios núcleos de la comarca de Ejea y, junto con la Universidad de Zaragoza, controlan la presencia de mosquitos en Ranillas y estudian la posible entrada en Aragón del temido mosquito tigre.

"Como ha llovido tanto, no ha dado tiempo para que sequen los charcos, por lo que cualquier recipiente se ha convertido en un foco durante los dos últimos meses. Además, el aede es un género al que no le hace falta agua estancada para desarrollarse y vivir, tan solo la humedad que pueda haber en el barro", explica Ángela Martínez, técnico de Servicios Medioambientales de Los Monegros.

En el Gobierno de Aragón son conscientes de la situación generada este año, y consideran que es "más preocupante", al estar el problema más extendido y generalizado. No obstante, no existe ningún tipo de alarma al respecto.

Y es que, entre las causas de esta excepcionalidad destaca que los mosquitos son tardanos. "Normalmente, la activación máxima del ciclo no coincidía con el buen tiempo y la salida al campo de los ciudadanos. Sin embargo, esta vez las lluvias han llegado más tarde y se ha retrasado el proceso, por lo que las molestias detectadas son mayores", explica Lucientes.