Dentro del amplio programa de actividades desarrollado en el centro penitenciario de Daroca, ha habido una que, antes del Premio Ebrópolis a las Buenas Prácticas Ciudadanas, ya había obtenido un éxito en el exterior de la prisión. Se trata de la realización de un cortometraje --titulado 2H2 Cero-- que se alzó con el premio José Luis Borau a la mejor ópera prima en la decimotercera edición de la Semana del Cine y la Imagen de Fuentes de Ebro (SCIFE). En la película, realizada con la técnica del cine mudo y de corte cómico, intervinieron veinte reclusos de esta prisión, que participaron en todas las fases de la creación. La acción transcurre en la ciudad de Zaragoza, dos décadas después de la celebración de la Exposición Internacional del 2008, y describe la situación que se crea por la escasez de agua en la capital aragonesa. "Está hecho con gran sentido crítico, pero sin renunciar en ningún momento al humor", comenta Javier Mesa, que elogia el grado de implicación de los reclusos que actuaron en este cortometraje. El corto se exhibió en el pabellón El Faro de la Expo para plasmar, en tono humorístico, la preocupación por un futuro con escasez de agua potable.