El VII Premio Ebrópolis a las Buenas Prácticas Ciudadanas contó con la participación de 58 candidaturas procedentes de colectivos relacionados con el medio ambiente, la sanidad, la educación y la integración de colectivos con dificultades, entre otros campos de actuación. Todos los participantes presentaron proyectos originales y de gran interés por su repercusión social. Por ejemplo, la Asociación de Discapacitados Aragonesa ofreció el proyecto Ponte en mi lugar, que tiene como objetivo concienciar a los alumnos de Eso y Bachillerato de los problemas a los que se enfrentan en su vida diaria las personas con algún tipo de minusvalía. Ángel Ponce, que fue por libre, defendió una candidatura que giraba sobre la guerra contra las bolsas de plástico. Mediante un trabajo de campo mostraba la incidencia del consumo de bolsas de plástico en Zaragoza y cómo determinadas empresas y comercios se están pasando a otros tipos de envoltorio menos contaminantes. AC Sefarad Aragón concursó con el proyecto Distintos en la igualdad, en el que aboga por crear un espacio de conocimiento mutuo, convivencia y reflexión de las diferentes culturas, con el fin de evitar las conductas intolerantes y violentas. La asociación juvenil Al Cubo patrocinó un programa titulado Mapa inmundi Zaragoza, en el que muestra que está trabajando en un plano de la ciudad que recogerá todas las barreras arquitectónicas existentes, con el fin de que las autoridades supriman los puntos negros que afectan a las personas con discapacidad física. Finalmente, entre muchos otros candidatos, la Fundación El Refugio llevó ante el jurado de Ebrópolis un centro residencial de menores dirigido a niños extranjeros no acompañados, en su mayoría magrebís y subsaharianos.